La expresión "día de perros" se originó en la antigua Roma, donde los días más calurosos del verano se conocían como "caniculares dies" o "días de perro", en referencia a la estrella Sirio, conocida como el perro del cazador Orión. Los romanos creían que Sirio causaba los días extremadamente calientes y sacrificaban perros marrones para apaciguar a la estrella. Hoy en día, la expresión se usa para describir un día particularmente difícil o desagradable.