Un disco rígido contiene múltiples platos giratorios que almacenan datos magnéticamente. Los datos se organizan en pistas y sectores. Los cabezales de lectura/escritura ubicados a ambos lados de los platos pueden leer y escribir los datos magnéticamente en cualquier parte del disco a velocidades superiores a 250km/h. La capacidad, tasa de transferencia y velocidad de rotación de los discos rígidos determinan su rendimiento.