San Martín de Porres se distinguió por su humildad, espíritu de servicio, oración y penitencia. Valores como la humildad y servir a los demás producen paz y felicidad interior, en contraste con valores materiales. San Martín sirvió a los pobres y enfermos con prontitud y amor a Dios, viviendo una vida de oración, ayuno, abstinencia y caridad hacia todos.