Este documento presenta las 14 estaciones del Vía Crucis, que conmemoran los últimos momentos de Jesús antes de su crucifixión y muerte. Cada estación describe un evento como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, cayendo bajo su peso, encontrando a María y muriendo en la cruz. El documento también incluye oraciones para acompañar la meditación en cada estación, así como las siete palabras de Jesús desde la cruz. El objetivo es ayudar a los creyentes a reflexionar sobre el sacrificio de Jes
Este documento presenta la primera estación de la cruz de una familia parroquial. Comienza con una oración inicial pidiendo acompañar a Jesús en su camino a la cruz. Luego presenta la primera estación, donde Jesús es condenado a muerte injustamente ante Pilato y la multitud que pide su crucifixión. La meditación reflexiona sobre cómo a menudo se prefiere el interés propio sobre la justicia. Termina con una oración de arrepentimiento.
El documento presenta una oración y reflexiones sobre las estaciones del Vía Crucis. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los lectores en una meditación sobre las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con una oración pidiendo iluminación para comprender los sufrimientos de Cristo y terminando con reflexiones sobre Jesús consolando a las mujeres de Jerusalén en su camino al Calvario. Incluye oraciones y poemas para acompañar cada estación.
Este documento presenta la oración y reflexión del Vía Crucis del 15 de febrero de 2013. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los cristianos en una meditación sobre los pasos de Jesús hacia la crucifixión, invitándolos a reconocer su propia cruz y seguir a Cristo. Describe brevemente las 11 estaciones tradicionales del Vía Crucis, concluyendo con Jesús siendo clavado en la cruz. El propósito es que los fieles reflexionen sobre el sacrificio de Cristo y su am
Este documento presenta las catorce estaciones del Vía Crucis, describiendo los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario y su crucifixión. Cada estación describe un momento clave como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, cayendo por primera vez, y finalmente muriendo en la cruz. El objetivo es ayudar a los creyentes a reflexionar sobre el gran sacrificio de Jesús y despertar sentimientos de arrepentimiento por los pecados cometidos.
El Vía Crucis pretende reavivar la contemplación de los momentos de la Pasión de Cristo por nuestra redención a través de 14 estaciones que recuerdan los sufrimientos de Jesús desde el Huerto de los Olivos hasta su sepultura, ofreciendo una oración en cada estación para unirnos a su sacrificio redentor.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis acompañadas de reflexiones y citas de Santa Teresa de Lisieux. Cada estación describe brevemente un momento de la Pasión de Cristo seguido de una meditación de Santa Teresa que invita a acompañar a Jesús en su sufrimiento y ofrecer los propios padecimientos para salvar almas.
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada estación presenta un evento de la Pasión de Jesús, un mensaje para el lector, un párrafo de reflexión y una oración. Los eventos incluyen la condena de Jesús, su caídas bajo la cruz, el encuentro con su madre y su crucifixión. El mensaje general es recordar el sacrificio de Jesús y tratar de seguir su ejemplo de amor, perdón y servicio a los demás.
El documento presenta una reflexión sobre el Vía Crucis. Propone que participemos en la cruz de Cristo experimentando Su amor a través del Espíritu Santo, reconociendo nuestras propias cruces y cargándolas para seguir a Jesús. Luego presenta una oración pidiendo la luz del Espíritu para comprender el precio de nuestra redención a través de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Finalmente, describe las nueve estaciones del Vía Crucis con textos bíblicos y reflexiones sobre cada una.
Este documento presenta la primera estación de la cruz de una familia parroquial. Comienza con una oración inicial pidiendo acompañar a Jesús en su camino a la cruz. Luego presenta la primera estación, donde Jesús es condenado a muerte injustamente ante Pilato y la multitud que pide su crucifixión. La meditación reflexiona sobre cómo a menudo se prefiere el interés propio sobre la justicia. Termina con una oración de arrepentimiento.
El documento presenta una oración y reflexiones sobre las estaciones del Vía Crucis. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los lectores en una meditación sobre las 14 estaciones del Vía Crucis, comenzando con una oración pidiendo iluminación para comprender los sufrimientos de Cristo y terminando con reflexiones sobre Jesús consolando a las mujeres de Jerusalén en su camino al Calvario. Incluye oraciones y poemas para acompañar cada estación.
Este documento presenta la oración y reflexión del Vía Crucis del 15 de febrero de 2013. En menos de 3 oraciones:
El documento guía a los cristianos en una meditación sobre los pasos de Jesús hacia la crucifixión, invitándolos a reconocer su propia cruz y seguir a Cristo. Describe brevemente las 11 estaciones tradicionales del Vía Crucis, concluyendo con Jesús siendo clavado en la cruz. El propósito es que los fieles reflexionen sobre el sacrificio de Cristo y su am
Este documento presenta las catorce estaciones del Vía Crucis, describiendo los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario y su crucifixión. Cada estación describe un momento clave como Jesús siendo condenado a muerte, cargando la cruz, cayendo por primera vez, y finalmente muriendo en la cruz. El objetivo es ayudar a los creyentes a reflexionar sobre el gran sacrificio de Jesús y despertar sentimientos de arrepentimiento por los pecados cometidos.
El Vía Crucis pretende reavivar la contemplación de los momentos de la Pasión de Cristo por nuestra redención a través de 14 estaciones que recuerdan los sufrimientos de Jesús desde el Huerto de los Olivos hasta su sepultura, ofreciendo una oración en cada estación para unirnos a su sacrificio redentor.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis acompañadas de reflexiones y citas de Santa Teresa de Lisieux. Cada estación describe brevemente un momento de la Pasión de Cristo seguido de una meditación de Santa Teresa que invita a acompañar a Jesús en su sufrimiento y ofrecer los propios padecimientos para salvar almas.
El documento describe las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada estación presenta un evento de la Pasión de Jesús, un mensaje para el lector, un párrafo de reflexión y una oración. Los eventos incluyen la condena de Jesús, su caídas bajo la cruz, el encuentro con su madre y su crucifixión. El mensaje general es recordar el sacrificio de Jesús y tratar de seguir su ejemplo de amor, perdón y servicio a los demás.
El documento presenta una reflexión sobre el Vía Crucis. Propone que participemos en la cruz de Cristo experimentando Su amor a través del Espíritu Santo, reconociendo nuestras propias cruces y cargándolas para seguir a Jesús. Luego presenta una oración pidiendo la luz del Espíritu para comprender el precio de nuestra redención a través de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Finalmente, describe las nueve estaciones del Vía Crucis con textos bíblicos y reflexiones sobre cada una.
Este documento presenta las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada estación describe un momento de la Pasión de Jesucristo, desde su condena a muerte hasta su entierro, con oraciones y reflexiones. El autor invita a los lectores a meditar en el sufrimiento de Cristo y a pedir perdón y gracia.
A través de las oraciones y del tiempo en cuaresma podemos unirnos a los sufrientes del mundo; y de todas las necesidades y razas, géneros y edades, culturas y nacionalidades de la humanidad. Es un momento de intercesión que une en un mismo momento a toda la humanidad, reinvindicando el valor de lo que es una persona en su dignidad y a semejanza de su Dios Creador.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis tradicional, con una breve reflexión sobre cada una. Describe las diferentes etapas de la Pasión de Jesús, desde que es condenado a muerte hasta que es despojado de sus vestiduras antes de la crucifixión. Introduce figuras como Simón de Cirene, Verónica y las mujeres de Jerusalén, y explica el significado espiritual del sufrimiento de Cristo y cómo los fieles pueden acompañarle en su camino de la cruz.
Este documento presenta un resumen del Vía Crucis para niños, con 11 estaciones que describen los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario. Cada estación incluye un mensaje para los niños, una reflexión y una oración. El objetivo es enseñar a los niños sobre el sacrificio de Jesús y cómo pueden seguir su ejemplo de bondad y compasión hacia los demás.
El documento presenta las reflexiones de Joseph Ratzinger sobre las primeras cinco estaciones del Vía Crucis. Describe los sufrimientos de Jesús al ser condenado a muerte, llevar la cruz, caer por primera vez y encontrarse con su madre, y cómo Simón de Cirene lo ayudó a llevar la cruz. Resalta cómo Jesús sufrió humillaciones para liberarnos del orgullo y cómo al compartir el sufrimiento de otros ayudamos a llevar su cruz.
Estaciones del viacrucis ESTHER VENTURA Esther0310
El documento relata las catorce estaciones de la Vía Crucis. En cada estación se describe un momento de la Pasión de Jesucristo, desde su oración en el Huerto de Getsemaní hasta su resurrección. Se detalla cómo fue arrestado, condenado a muerte y crucificado, sufriendo gran agonía física y espiritual hasta expirar en la cruz.
Este documento presenta el Vía Crucis de 2013, con reflexiones sobre las 14 estaciones tradicionales. Cada estación incluye una oración, una reflexión sobre los sufrimientos de Jesús en ese punto y oraciones finales. Los temas principales son los dolores físicos y emocionales que Jesús soportó por nuestra salvación, así como el llamado a los creyentes a cargar con sus propias cruces y ayudar a los que sufren.
El documento describe las catorce estaciones del Vía Crucis, narrando brevemente los sufrimientos de Jesús en su camino al Calvario y crucifixión. Comienza con Jesús siendo sentenciado a muerte e injustamente condenado por Pilato, y termina con Jesús siendo bajado de la cruz después de morir en ella para redimir a la humanidad. A lo largo del camino, Jesús se encuentra con su madre, cae tres veces bajo la cruz, es ayudado por Simón de Cirene, y su rostro es limpi
El documento ofrece instrucciones para participar espiritualmente en la misa meditando en la pasión de Cristo. Propone ver en cada elemento y momento de la misa un símbolo de la pasión, como ver al sacerdote como Cristo, la estola como la cruz, y la consagración como la crucifixión. Invita a acompañar a Jesús desde Getsemaní hasta la crucifixión para ofrecer la misa como un sacrificio en comunión con el sacrificio de Cristo.
El documento presenta las 15 estaciones del Vía Crucis. Cada estación describe brevemente un evento de la Pasión de Jesús según los evangelios y contiene una oración relacionada. Las estaciones narran desde la oración de Jesús en Getsemaní hasta su resurrección, pasando por su condena, crucifixión y sepultura.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis tradicional con reflexiones y oraciones de Santa Isabel de la Trinidad. Cada estación describe un evento de la Pasión de Cristo seguido de una reflexión de la santa sobre entregarse a Dios a través del sufrimiento y encontrar la paz interior a través de la unión con Él. El documento concluye exhortando a amar a Cristo crucificado y querer glorificarlo.
Este documento presenta la introducción y las nueve primeras estaciones de un Vía Crucis. Cada estación contiene un pasaje del Evangelio que describe un momento de la Pasión de Jesús, un escrito de San Francisco o Santa Clara sobre ese momento, y una oración. El Vía Crucis guía a los fieles a recorrer el camino de la Cruz de Cristo durante la Semana Santa para conmemorar su sacrificio.
Este documento presenta las catorce estaciones tradicionales del Viacrucis, con lecturas y reflexiones de Santa Teresa de Jesús para cada estación. Cada estación describe un evento de la Pasión de Cristo seguido de una cita de Santa Teresa que profundiza en el sufrimiento de Jesús y exhorta a los creyentes a imitar su humildad y paciencia ante el dolor. El resumen ofrece una visión general de la devoción propuesta por Santa Teresa a través de la meditación en los pasos de la Cruz de Cristo.
Este documento presenta un rosario de los 7 dolores de María. Cada dolor describe un evento de la Pasión de Jesús y contiene una breve reflexión y oración. El documento concluye con una oración final de contrición y reflexiones adicionales sobre la paciencia y la oración por los vivos y difuntos.
El documento habla sobre la devoción al Señor de las Misericordias, una imagen de Jesús crucificado venerada en Guatemala. Explica que la imagen data del siglo 18 y se ha convertido en objeto de milagros y peregrinaciones. También incluye oraciones dedicadas a la imagen como parte de un ejercicio piadoso de los siete lunes.
Jesús es condenado a muerte a pesar de ser inocente. Carga su cruz hacia el calvario, donde será crucificado. Su madre María y otras mujeres lo acompañan en este difícil camino.
Este documento presenta el guión para una meditación del Vía Crucis. Contiene 9 estaciones que narran los eventos de la Pasión de Jesús de acuerdo a los evangelios, acompañadas de citas de los escritos de San Francisco y Santa Clara y oraciones. La introducción explica que el propósito es recorrer el camino de la cruz meditando en la pasión y muerte de Jesús para acercarse a este misterio de esperanza y salvación.
Este documento narra los catorce estaciones del Vía Crucis, donde Jesús es condenado a muerte, carga con la cruz hasta el Calvario, cae tres veces bajo su peso, es despojado de sus ropas y clavado en la cruz hasta morir. Luego es bajado de la cruz, ungido con aromas y sepultado, mientras la Virgen María sufre la pérdida de su hijo. A lo largo de cada estación, el autor expresa arrepentimiento por sus pecados y los sufrimientos causados a Jesús y
El documento habla sobre la Cuaresma y el camino hacia la Pascua a través de los escritos de San Francisco y Santa Clara de Asís. Resalta la necesidad de contemplar el gran amor de Cristo que murió en la cruz por nosotros, y seguir sus pasos cargando nuestra propia cruz. También destaca que la Cuaresma es un tiempo para redescubrir nuestro bautismo y dejar que actúe en nuestra vida, para convertirnos verdaderamente en cristianos.
ARTE Y CULTURA - SESION DE APRENDIZAJE-fecha martes, 04 de junio de 2024.VICTORHUGO347946
sesion de aprendizaje en el marco de la educación de calidad- Los estudiantes aprenden a trabajar en está área consolidadndo aprendizajes según las competencias de aplicación en estas áreas.
Este documento presenta las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada estación describe un momento de la Pasión de Jesucristo, desde su condena a muerte hasta su entierro, con oraciones y reflexiones. El autor invita a los lectores a meditar en el sufrimiento de Cristo y a pedir perdón y gracia.
A través de las oraciones y del tiempo en cuaresma podemos unirnos a los sufrientes del mundo; y de todas las necesidades y razas, géneros y edades, culturas y nacionalidades de la humanidad. Es un momento de intercesión que une en un mismo momento a toda la humanidad, reinvindicando el valor de lo que es una persona en su dignidad y a semejanza de su Dios Creador.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis tradicional, con una breve reflexión sobre cada una. Describe las diferentes etapas de la Pasión de Jesús, desde que es condenado a muerte hasta que es despojado de sus vestiduras antes de la crucifixión. Introduce figuras como Simón de Cirene, Verónica y las mujeres de Jerusalén, y explica el significado espiritual del sufrimiento de Cristo y cómo los fieles pueden acompañarle en su camino de la cruz.
Este documento presenta un resumen del Vía Crucis para niños, con 11 estaciones que describen los sufrimientos de Jesús en su camino hacia el Calvario. Cada estación incluye un mensaje para los niños, una reflexión y una oración. El objetivo es enseñar a los niños sobre el sacrificio de Jesús y cómo pueden seguir su ejemplo de bondad y compasión hacia los demás.
El documento presenta las reflexiones de Joseph Ratzinger sobre las primeras cinco estaciones del Vía Crucis. Describe los sufrimientos de Jesús al ser condenado a muerte, llevar la cruz, caer por primera vez y encontrarse con su madre, y cómo Simón de Cirene lo ayudó a llevar la cruz. Resalta cómo Jesús sufrió humillaciones para liberarnos del orgullo y cómo al compartir el sufrimiento de otros ayudamos a llevar su cruz.
Estaciones del viacrucis ESTHER VENTURA Esther0310
El documento relata las catorce estaciones de la Vía Crucis. En cada estación se describe un momento de la Pasión de Jesucristo, desde su oración en el Huerto de Getsemaní hasta su resurrección. Se detalla cómo fue arrestado, condenado a muerte y crucificado, sufriendo gran agonía física y espiritual hasta expirar en la cruz.
Este documento presenta el Vía Crucis de 2013, con reflexiones sobre las 14 estaciones tradicionales. Cada estación incluye una oración, una reflexión sobre los sufrimientos de Jesús en ese punto y oraciones finales. Los temas principales son los dolores físicos y emocionales que Jesús soportó por nuestra salvación, así como el llamado a los creyentes a cargar con sus propias cruces y ayudar a los que sufren.
El documento describe las catorce estaciones del Vía Crucis, narrando brevemente los sufrimientos de Jesús en su camino al Calvario y crucifixión. Comienza con Jesús siendo sentenciado a muerte e injustamente condenado por Pilato, y termina con Jesús siendo bajado de la cruz después de morir en ella para redimir a la humanidad. A lo largo del camino, Jesús se encuentra con su madre, cae tres veces bajo la cruz, es ayudado por Simón de Cirene, y su rostro es limpi
El documento ofrece instrucciones para participar espiritualmente en la misa meditando en la pasión de Cristo. Propone ver en cada elemento y momento de la misa un símbolo de la pasión, como ver al sacerdote como Cristo, la estola como la cruz, y la consagración como la crucifixión. Invita a acompañar a Jesús desde Getsemaní hasta la crucifixión para ofrecer la misa como un sacrificio en comunión con el sacrificio de Cristo.
El documento presenta las 15 estaciones del Vía Crucis. Cada estación describe brevemente un evento de la Pasión de Jesús según los evangelios y contiene una oración relacionada. Las estaciones narran desde la oración de Jesús en Getsemaní hasta su resurrección, pasando por su condena, crucifixión y sepultura.
Este documento presenta las estaciones del Viacrucis tradicional con reflexiones y oraciones de Santa Isabel de la Trinidad. Cada estación describe un evento de la Pasión de Cristo seguido de una reflexión de la santa sobre entregarse a Dios a través del sufrimiento y encontrar la paz interior a través de la unión con Él. El documento concluye exhortando a amar a Cristo crucificado y querer glorificarlo.
Este documento presenta la introducción y las nueve primeras estaciones de un Vía Crucis. Cada estación contiene un pasaje del Evangelio que describe un momento de la Pasión de Jesús, un escrito de San Francisco o Santa Clara sobre ese momento, y una oración. El Vía Crucis guía a los fieles a recorrer el camino de la Cruz de Cristo durante la Semana Santa para conmemorar su sacrificio.
Este documento presenta las catorce estaciones tradicionales del Viacrucis, con lecturas y reflexiones de Santa Teresa de Jesús para cada estación. Cada estación describe un evento de la Pasión de Cristo seguido de una cita de Santa Teresa que profundiza en el sufrimiento de Jesús y exhorta a los creyentes a imitar su humildad y paciencia ante el dolor. El resumen ofrece una visión general de la devoción propuesta por Santa Teresa a través de la meditación en los pasos de la Cruz de Cristo.
Este documento presenta un rosario de los 7 dolores de María. Cada dolor describe un evento de la Pasión de Jesús y contiene una breve reflexión y oración. El documento concluye con una oración final de contrición y reflexiones adicionales sobre la paciencia y la oración por los vivos y difuntos.
El documento habla sobre la devoción al Señor de las Misericordias, una imagen de Jesús crucificado venerada en Guatemala. Explica que la imagen data del siglo 18 y se ha convertido en objeto de milagros y peregrinaciones. También incluye oraciones dedicadas a la imagen como parte de un ejercicio piadoso de los siete lunes.
Jesús es condenado a muerte a pesar de ser inocente. Carga su cruz hacia el calvario, donde será crucificado. Su madre María y otras mujeres lo acompañan en este difícil camino.
Este documento presenta el guión para una meditación del Vía Crucis. Contiene 9 estaciones que narran los eventos de la Pasión de Jesús de acuerdo a los evangelios, acompañadas de citas de los escritos de San Francisco y Santa Clara y oraciones. La introducción explica que el propósito es recorrer el camino de la cruz meditando en la pasión y muerte de Jesús para acercarse a este misterio de esperanza y salvación.
Este documento narra los catorce estaciones del Vía Crucis, donde Jesús es condenado a muerte, carga con la cruz hasta el Calvario, cae tres veces bajo su peso, es despojado de sus ropas y clavado en la cruz hasta morir. Luego es bajado de la cruz, ungido con aromas y sepultado, mientras la Virgen María sufre la pérdida de su hijo. A lo largo de cada estación, el autor expresa arrepentimiento por sus pecados y los sufrimientos causados a Jesús y
El documento habla sobre la Cuaresma y el camino hacia la Pascua a través de los escritos de San Francisco y Santa Clara de Asís. Resalta la necesidad de contemplar el gran amor de Cristo que murió en la cruz por nosotros, y seguir sus pasos cargando nuestra propia cruz. También destaca que la Cuaresma es un tiempo para redescubrir nuestro bautismo y dejar que actúe en nuestra vida, para convertirnos verdaderamente en cristianos.
ARTE Y CULTURA - SESION DE APRENDIZAJE-fecha martes, 04 de junio de 2024.VICTORHUGO347946
sesion de aprendizaje en el marco de la educación de calidad- Los estudiantes aprenden a trabajar en está área consolidadndo aprendizajes según las competencias de aplicación en estas áreas.
El Real Convento de la Encarnación de Madrid, una joya arquitectónica y cultural fundada en 1611 por la reina Margarita de Austria, ha sido revitalizado gracias a una avanzada reconstrucción en 3D. Este convento, una maravilla del barroco madrileño, ha sido un pilar en la vida religiosa y cultural de la ciudad durante siglos. Su rica historia y su valor patrimonial han sido capturados en esta innovadora reconstrucción, diseñada para su exploración, una tecnología que combina la realidad virtual y aumentada para ofrecer una experiencia inmersiva y educativa.
La reconstrucción comenzó con una exhaustiva recopilación de datos históricos y arquitectónicos, incluyendo planos originales y fotografías de alta resolución. Estos recursos permitieron a los especialistas crear una réplica digital precisa del convento. Utilizando software de modelado avanzado, cada elemento arquitectónico y decorativo fue cuidadosamente recreado, desde los majestuosos muros exteriores hasta los intrincados detalles del interior, como los frescos y el retablo mayor.
El resultado es un modelo 3D que no solo respeta la integridad histórica y artística del convento, esto permite que un futuro los usuarios pueden explorar virtualmente el convento, navegando por sus pasillos, admirando su arte sacro y descubriendo detalles ocultos que, de otro modo, serían inaccesibles.
Esta reconstrucción no solo preserva la historia del Real Convento de la Encarnación, sino que la hace accesible a un público global, permitiendo a estudiantes, historiadores y amantes del arte experimentar la grandeza del convento desde cualquier lugar del mundo. Además, la implementación de tecnologías de realidad virtual y aumentada ofrece nuevas oportunidades para la educación y el turismo cultural, haciendo del convento un ejemplo brillante de cómo la tecnología puede ayudar a preservar y difundir el patrimonio histórico.
En resumen, la reconstrucción 3D del Real Convento de la Encarnación es un proyecto que combina el respeto por la historia con la innovación tecnológica, asegurando que este tesoro del barroco madrileño continúe inspirando y educando a futuras generaciones
Enganchados nº1_Fanzine de verano de junio de 2024Miguel Ventayol
Número 1 del fanzine de creación Enganchados.
Escrito e ideado por Miguel G. Ventayol.
Poemas, textos breves, narrativa y crítica literaria.
He escrito el primer fanzine para este verano de 2024, con la intención de que tenga continuidad en el tiempo.
Con una serie de poemas surgidos de diversas plantillas de CANVA, porque me pareció divertido trabajar sobre esas imágenes; así como poemas y algunos textos.
Algunos de ellos de experiencias personales, otros inventados.
Recuerdos de discos como el de Supersubmarina, Eels o Los Planetas
ÍNDICE
copiar. página 4
una cala frente al mar. página 5
una plaza en verano. página 6
tierra. página 7
échate unas risas, primo. página 8
palabras son solo palabras, a fin de cuentas. página 9
gírate. página 10
enganchados. páginas 11-13
luis, celine y la chica de ojos Bowie. páginas 14-15
crítica literaria. páginas 16-18
párate y mira. página 19
aniversario de super 8. página 20-22
échate unas risas, primo 2. página 23
FIN. página 24
1. EJERCICIO DEL VIA CRUCIS – CAMINO DE LA CRUZ
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor, Dios
nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, creador Padre y Redentor mío,
por ser quien eres Bondad Infinita, y porque te amo sobre todas las cosas, me
pesa de todo corazón haberte ofendido, también me pesa porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme bien y cumplir la penitencia que me
sea impuesta. Amén.
Oración preparatoria.
En unión con María, la Madre Dolorosa, vamos a recorrer, Jesús mío el camino
de la Cruz que anduviste antes de consumar nuestra Redención en el Calvario.
Haz que la meditación de los principales misterios de tu sagrada Pasión nos
llene el corazón de dolor de nuestros pecados y de agradecimiento por el
entrañable amor que nos demostraste.
Antes de cada estación se dice:
D.- Te adoramos, Oh Cristo, y te bendecimos.
R.- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Después de cada estación se dice:
D.- Pequé, Señor, pequé.
R.- Ten piedad y misericordia de mí.
1ª. Estación: JESÚS ES CONDENADO A MUERTE (Mt 27, 1-30)
“Si sueltas a Jesús, gritan los judíos, no eres amigo del César, porque todo aquel
que se hace rey, se rebela contra el César “. Viendo Pilato que nada cambiaba,
sino que el alboroto se iba siendo mayor, mandó que le traigan agua, y
lavándose las manos ante el pueblo dijo: “inocente soy de la sangre de este
hombre justo; allá ustedes”. Y toda la turba gritaba: “caiga su sangre sobre
nosotros y sobre nuestros hijos”. Entonces Pilato les entregó a Jesús, para que
le crucifiquen”.- Ayúdame, Señor mío, a aborrecer el pecado, porque a causa
de ello se te condenó a morir por mí, una muerte de cruz y una muerte
dolorosísima.
2ª. Estación: JESÚS ES CARGADO CON LA CRUZ (Jn 19,17).
Después de haberse burlado a su gusto de Jesús, los soldados le arrastraron
hasta fuera de la cuidad, para crucificarle; y Jesús, cargando la Cruz, iba camino
hacia el cerro llamado El Calvario. ¡Lleva la cruz para descargarme a mí de ella!
Delante de Él va un soldado que lleva la inscripción que indica la causa del
suplicio: “JESÚS NAZARENO, REY DE LOS JUDÍOS”. ¡Oh, Jesús mío! por tu muerte
de cruz, has sido hecho rey de nuestras almas. Reina de verdad en la mía y
domina mis rebeldías.
3ª. Estación: JESÚS CAE BAJO EL PESO DE LA CRUZ.
Las fuerzas de Jesús estaban extenuadas después de la oración en el Huerto de
los Olivos, de los maltratos de la noche en casa de los Sumos Sacerdote, de la
flagelación y coronación de espinas, así que el peso de la Cruz excede a sus
fuerzas físicas, y por eso cae y desfallece extenuado. Más que la cruz, lo que
agobia a Jesús y le rinde es el enorme peso de mis pecados. ¡Señor, cuando yo
caiga en el pecado, levántame!
4ª. Estación. JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE.
Nos dice una antigua tradición que María estaba a la vera del camino por donde
pasaba Jesús y todo su cortejo; viéndose entonces presa de un inmenso dolor,
una espada de siete filos traspasó su alma, que gemía sumida en la más
profunda aflicción. ¿Dónde está el hombre que pudiera contener sus lágrimas,
si viera a la Madre de Cristo en tamaño suplicio? – Pues, la cusa de ese dolor
son mis pecados. ¡Oh María! alcánzame la gracia de aborrecerlos.
2. 5ª. Estación: SIMÓN CIRENEO AYUDA A JESÚS A LEVAR SU CRUZ (Lc 23,26).
Era de esperar que, dada la extrema fatiga de Jesús, no pudiese llegar hasta el
sitio de la ejecución. Así que, cuando los soldados salieron de la ciudad,
encontraron a un tal Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que volvía
de su granja, y le forzaron brutalmente a llevar la cruz del Salvador. De la Cruz
de Jesús manará para nosotros un raudal de la gracia divina, porque donde
abundó el pecado, sobreabundó la gracia. Señor, haz que, en pos de Ti, lleve
mi cruz de cada día en expiación de mis culpas. Mi cruz nunca será tan pesada
como la tuya, pues Tú mismo, como Buen Cireneo, nos ayudas a sobrellevarla
con amor.
6ª. Estación: UNA PIADOSA MUJER LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS.
Cuenta una la tradición, cómo al pasar la muchedumbre, una mujer se metió
por entre la alborotada turba para acercarse al Salvador, y con un velo que
llevaba, le enjugó el sudor de su divina cara, y Jesús, como para pagar aquel
servicio, dejó impreso en el velo de la Verónica los rasgos de su Santa Faz. Esa
mujer será siempre el tipo de las nobles, valientes y santas osadías. Los respetos
humanos y una vergonzosa cobardía me retraen, Señor, para seguirte. Dame la
gracia de perder la vergüenza y la cobardía por sacra cara por ti, para que así
Tú vayas imprimiendo en mi alma los rasgos de tu santa faz, pues en el cielo
sólo entra el que a Ti se parece.
7ª. Estación: CAE JESÚS POR SEGUNDA VEZ.
Desde la sexta estación, el camino se hace más cuesta arriba las calles
resbaladizas y estrechas de Jerusalén. La extrema debilidad de Jesús, el calor
del mediodía, la subida, los estorbos del camino, las brutalidades de los
soldados, las burlas de los judíos y sobre todo el peso de la Cruz, explican la
recaída del Salvador. El peso aplastante de mis pecados hace caer a Jesús de
nuevo. Concédeme, Señor, la gracia de levantarme siempre de mis caídas.
8ª. Estación. JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN (Lc 23, 27-31).
Una muchedumbre confusa seguía a Jesús, y entre ella habían mujeres que
lloraban y se condolían de Él. Entonces dirigiéndose a ellas les dijo: “Hijas de
Jerusalén, no lloren por mí, sino por ustedes mismas y por vuestros hijos;
porque, si así tratan al árbol verde, ¿qué harán con el árbol seco?”. Jesús predijo
con esto el castigo que pronto había de recaer sobre el pueblo elegido: “que
ellos se dispersarían, y el Templo, que era el orgullo de los judíos, sería reducido
a escombros. Si las exigencias de la gracia de Dios no anima mi alma, la justicia
divina me entregará al fuego, como a árbol seco que se quema. Evita, pues,
alma mía, el pecado, si no quieres caer en el infierno, en la Gehenna del fuego
inextinguible.
9ª. Estación: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ.
Cuando Jesús ha llegado junto a la cima del Gólgota, el pensar que le queda
todavía por sufrir, hace desfallecer a su Santísima Humanidad, como en
Getsemaní, y llega a ser tal el debilitamiento del Divino Maestro, que los
soldados tienen que levantarle y ayudarle para que llegue hasta la misma
cumbre del Calvario. Aparentemente parece el fracaso de Dios y triunfo del
demonio. Pero, gracias a esta oblación del Hijo de Dios, los hombres de todos
los tiempos recibiremos el perdón de Dios, una completa y universal amnistía.
¡Gracias, Jesús mío, por haberte abajado tanto, a fin de levantarme de mis vicios
y miserias!
10ª. Estación: JESÚS ES DESNUDADO DE SUS VESTIDURAS (Jn 19, 23 – 24)
Al despojar los soldados a Jesús de sus vestiduras, las llagas causadas por los
azotes, ya resecadas, se tornaron a abrir. Le hemos visto, dice el profeta Isaías,
tan mal parado, que no hay en Él parecer ni hermosura. Nos pareció como un
hombre despreciado y desechado, varón de dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido y abatido. Más Él, fue herido por nuestras maldades,
molido por nuestros pecados. El castigo que debía caernos, sobre Él recayó, y
3. por sus llagas fuimos curados. De este modo expías mis inmodestias, Jesús mío.
Dame el espíritu de pureza y de mortificación.
11ª. Estación: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ (Mc 15, 24 – 32)
Llegados al lugar que se llama Calvario, los soldados crucificaron a Jesús, y con
Él a dos ladrones, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió las
palabras de la Escritura: “fue puesto entre malhechores”. ¡Oh pueblo mío! ¿qué
es lo que te he hecho? o ¿en qué te he maltratado? Dímelo. ¿Has preparado
una cruz a tu Salvador por haberte sacado de la tierra de Egipto? o ¿es tal vez
porque fui tu guía en el desierto durante cuarenta años, y te alimenté con el
maná y te introduje en una tierra excelente, o bien porque he usado siempre
a favor tuyo de mi gran poder? ¡Pueblo mío! ¿Qué te he hecho? o ¿en qué te
he contristado? Respóndeme. ¡Oh Jesús mío!, contigo quiero estar atado a mi
cruz de cada día.
12ª. Estación: JESÚS MUERE EN LA CRUZ (Jn 19, 28 – 30).
Dijo Jesús en el Cruz: ¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen! Y
dirigiéndose luego al buen ladrón dijo: “En verdad te digo, que hoy mismo
estarás conmigo en el Paraíso”. Y viendo a su Madre en pie y junto a ella al
amado discípulo, dijo a su Madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Enseguida se
volvió al discípulo y le dijo también: “Ahí tienes a tu Madre”. Entonces el sol se
nubló y densas tinieblas ensombrecieron al mundo desde el mediodía hasta las
tres; y en medio de aquella prematura noche, queriendo dar a entender que
estaba suspendido en la Cruz, solo, entre la justicia del cielo y la malicia de los
hombres que le persigue en la tierra, rezó aquel verso del Salmo: ¡Dios mío,
Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Luego dijo: “Todo está consumado”.
Y dando un fuerte suspiro, gritó: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!
con lo cual inclinó la cabeza y expiró. Aprende, alma mía, a huir del pecado,
pues tan grave es que exigió la muerte del Dios hecho Hombre para ser expiado.
¡Ojalá que nunca jamás vuelva a cometerlo! Por tu Cruz, Pasión y Muerte,
¡líbrame, Señor!
13ª. Estación: JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU MADRE (Mt
27, 57 – 59)
Como ya se hacía tarde, José, natural de Arimatea, llegó al Calvario después de
haber obtenido autorización de Poncio Pilato para coger el cuerpo de Jesús.
También acudió allí Nicodemo, trayendo una mezcla de mirra y áloes.
Entrambos desclavaron con cariño el cuerpo del Señor y lo pusieron en los
brazos de su Madre anegada en un mar de lágrimas. Luego lo envolvieron en
una sábana, y lo sepultaron conforme tenían costumbre los judíos. ¡Oh Madre
de dolores, que lloras a tus hijos muertos por el pecado! alcánzame un dolor
sincero de todas mis culpas.
14ª. Estación: ES SEPULTADO EL CUERPO DE JESÚS (Jn 19, 38 – 40)
Junto al lugar donde crucificaron a Jesús, había un huerto, y en aquel huerto un
sepulcro, propiedad de José de Arimatea, el cual lo había cavado en la roca viva
y era del todo nuevo. Como iba a empezar el Sábado Pascual, José y Nicodemo
pusieron allí el Cuerpo de Jesús, y rodaron una pesada losa, tapando con ella la
entrada del sepulcro. Luego, ellos y las santas mujeres regresaron a la Ciudad,
pues ya se hacía noche. Ojala siempre me recuerde, Señor, de que en las aguas
del bautismo fui un día contigo sepultado, como en un sepulcro, muriendo para
siempre al pecado y resucitando también para siempre contigo a una vida
nueva. Por tu Sepultura y tu Santa Resurrección, líbrame, Señor.
Para ganar la indulgencia plenaria se termina con un Padrenuestro, Ave María
y Gloria por las intenciones del Romano Pontífice.
4. LAS SIETE PALABRAS DE CRISTO DESDE LA CRUZ
Las Sagradas Escrituras nos traen pocos datos sobre Jesús en la Cruz, pero los
datos que tenemos son bastante claros y fuertes para nuestra vida cristiana.
Frente a Cristo crucificado podemos quedarnos indiferentes, sin embargo,
desde la cruz, Cristo sigue llamándonos al encuentro con el Padre… y este
encuentro es en el amor.
Sin importar si nosotros también estamos crucificados, somos los soldados, las
mujeres o simples espectadores del drama de la cruz, él nos abre los brazos
para mostrarnos cuán grande es el amor de Dios y qué desastre el odio de los
hombres.
En este marco de dolor y marginación, Jesús pronuncia desde la cruz sus siete
palabras, palabras que nacen del corazón mismo de Dios y del corazón mismo
del hombre, corazón herido pero compasivo, que no quiere irse sin dejar su
último testamento hasta que vuelva.
1ra. Palabra. “PADRE PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN” (Lc
23, 34).
Sin pensarlo casi, solemos pronunciar esta “primera Palabra” de Jesús con un
tono soberbio, como quien nunca ha pecado ni necesita perdón, suele ser
nuestra excusa para decir: “que Dios te perdone… yo no”; sin saber que por esta
súplica de Cristo a Dios, nuestros pecados fueron perdonados.
Nosotros somos los que crucificaron a Jesús y lo hacemos día a día, con nuestras
mentiras, hipocresías, faltas de amor, miradas altaneras y mil cosas más. Esta
oración al Padre, no es para mi vecino, o para aquél que no me cae bien, es para
mí… porque soy yo el que no sé lo que hago.
2da. Palabra. “TE ASEGURO, HOY MISMO ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”
(Lc 23, 43)
No es cualquiera quien pronuncia como “segunda palabra” esta promesa. Es el
mismo Camino hacia el paraíso y la Puerta a la vida eterna. Sólo Él puede
decirnos con autoridad este mensaje de esperanza. Hasta el último momento
Jesús se preocupa por aquellos excluidos y marginados de la sociedad.
A nosotros no nos es debido contradecir la Palabra de Dios, debemos velar por
darle cumplimiento, por allanarle el camino. Pero ¡NO! Por lo general hacemos
lo contrario, en lugar de abrir las puertas del paraíso, se las cerramos en la cara
a aquellos a quienes Jesús mismo invitó y llamó.
Nuestras comunidades parroquiales no se salvan de esta acusación, porque
muchas veces le cerramos la puerta a los demás tan sólo por ser diferentes, o
tantas otras veces cuando recibimos a alguien, pero no le damos su lugar.
Ojalá seamos nosotros y nuestras comunidades los destinatarios de este
mensaje esperanzador del Maestro, porque para la conversión, para volver la
mirada hacia Dios… nunca es tarde.
3ra. Palabra. “MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO, HIJO, AHÍ TIENES A TU MADRE”.
El discípulo amado ya soportó la Cruz, vio a su Maestro y Amigo sufriendo y
muriendo, por eso Jesús lo recompensó tan pronto… le encomienda a María;
pero ¿qué significa esto? Jesús no quiere dentro de su familia ningún excluido.
Y es que la misión de Jesús se dirigía a ellos con especial predilección (Cf. Lc 4,
16 – 19). El “hermano de todos” no quiere que nadie quede fuera del Reino y
de la liberación definitiva.
Hace ya más de dos mil años que Jesús entregó su Madre a todos los hombres
en la persona de Juan, y ella sigue acompañándonos, acompaña a los pueblos
haciéndose uno de nosotros y viniendo a nuestra casa: Lourdes, Guadalupe,
Fátima…, solo algunos de los nombres que nuestros pueblos dan a María, cada
vez que Jesús nos dice: “Aquí tienes a tu Madre”.
5. 4ta. Palabra. “DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?”.
Esta “cuarta palabra” pronunciada por Cristo, más que un reproche a Dios, es
la oración del hombre justo que sufre y espera en Dios; Jesús, en lugar de
desesperarse y olvidarse de Dios, clama al Padre, pues confía en que Él lo
escucha, pero Dios no responde, porque ha identificado a su Hijo con el pecado
por amor a nosotros, y éste debe morir. Jesús, colgado en la Cruz, es rechazado
ahora por el cielo y por la tierra, porque el pecado no tiene lugar.
Cuántas veces en nuestras vidas hemos sentido el abandono de Dios. ¿Por qué
a mí? ¿Por qué ahora? ¿Qué hice, Señor? Preguntas y preguntas como la de
Cristo que encuentran como respuestas el silencio de Dios. Por lo general, es la
mejor respuesta que nos puede dar, pero no lo entenderemos hasta que
sepamos que del silencio brota la resurrección.
5ta. Palabra. “TENGO SED”
Esta “quinta palabra” es la más pequeña que Jesús gritó desde la Cruz, pero una
de las cosas más humanas y más profundas.
La sed es algo profundamente humano y natural, tan necesario para conservar
la vida tanto como casi la misma existencia de Dios que nos conserva; pero la
sed de Cristo es mucho más profunda: no pueden tener agua y comida
suficiente… es la sed de los pobres de ayer, hoy y de siempre. ¿Nos
preocupamos de calmar la sed de nuestros pueblos?
6ta. Palabra. “TODO ESTÁ CUMPLIDO” (Jn 19, 30)
Cristo, al decir: “todo está cumplido”, ¡murió! Si hubiéramos seguido paso a
paso el drama de la Pasión de Jesús, en este momento deberíamos romper en
llanto, porque el autor y actor principal de nuestra salvación, ha muerto. Nos
acongojamos y sufrimos por la muerte de nuestro Redentor, pero por uno de
esos misterios tan grandes de nuestro existir, la vida posee una ambigüedad
tan grande que a la vez nos alegramos por la muerte, porque sabemos que
luego viene la resurrección y la vida definitiva junto al Padre.
Jesús finaliza su misión entre nosotros… Nos ha dado su mensaje, y algunos,
aunque sin entenderlo mucho, han hecho caso al llamado y se han empapado
del mensaje de que “todo se ha cumplido” y la redención fue consumada por
Cristo desde la cruz y la resurrección.
7ma. Palabra. “PADRE, EN TUS MANOS PONGO MI ESPÍRITU” (Lc 23, 46)
Esta “séptima palabra” del Emmanuel, Dios con nosotros, parece unir la
Encarnación, con la Pasión. Parece repetir el “fiat” de María; “Hágase en mí
según tu Palabra” (Cf. Lc 1, 38)
Nosotros debemos intentar que cada día de nuestras vidas esté en las manos
del Padre. Lamentablemente en nuestro tiempo esto parece volverse
imposible, nuestra cultura no entiende que los tiempos de Dios no son los
nuestros y en cada momento el hombre confía más en sus propias fuerzas que
en Dios. Hoy parece que vivimos como si Dios no existiera, o por lo menos como
si no tuviera influencia en nuestras vidas. Hemos tomado solos las riendas de
nuestras vidas y nos ha ido bastante mal, pues no hemos puesto nuestro
espíritu en las manos del Padre.
¿Cuántas veces he empezado algo sin rezar antes? ¡Y después me quejo que
todo me sale mal! Todas esas veces fui crucificado, pero sin esperanzas de
resurrección… pues ¿quién nos da la vida?
Siete palabras del Corazón de Cristo, siete palabras que nosotros estamos
llamados a pronunciar desde nuestras aflicción y nuestra cruz, porque son el
camino hacia la Vida Nueva… porque son el camino hacia la Pascua.
6. MISTERIOS DOLOROSOS DEL SANTO ROSARIO.
Después de cada enunciado de cada misterio se reza un Padrenuestro, diez
avemarías y un gloria.
Primer misterio. La oración de Jesús en el Huerto.
“Va Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní, y dice a los discípulos:
Siéntense aquí, mientras voy allá a orar. Y tomando consigo a Pedro, Santiago
y Juan, comenzó a sentir tristeza y angustia. Y adelantándose un poco, cayó
rostro en tierra,” y dijo: “Padre si quieres aparta de mí este cáliz, pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya. “Y sumido en agonía, insistía más en su oración.
Su sudor se hizo como gotas de sangre que caían en tierra” (Mt 26, 36-37; Lc
22, 41-44).
Segundo misterio. La flagelación de Jesús.
Pilato “volvió a salir donde los judíos y les dijo: Yo no encuentro ningún delito
en este hombre. ¿Quieren que libere al Rey de los judíos? Ellos volvieron a gritar
diciendo: ¡A ése, no; a Barrabás! Pilato entonces tomó a Jesús y mandó
azotarle” (Jn 18, 38-40).
Tercer misterio. La coronación de espinas.
Los soldados “trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza,
y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla, se burlaban de él
diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!; y después de escupirle, cogieron la caña y
le golpeaban en la cabeza” (Mt 27, 29-30).
Cuarto misterio. Jesús camino al calvario cargando la cruz.
“Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas
y le llevaron a crucificarle” (Mt 27, 31). “Y él cargando con su cruz, salió hacia el
lugar llamado Calvario”. “Y obligaron a ayudarle a cargar la cruz a Simón de
Cirene (Jn 19, 17; Mc 15, 21).
Quinto misterio. La crucifixión y muerte de Jesús.
“Llegados al lugar llamado Calvario, le crucificaron. (...) Jesús decía: Padre,
perdónales, porque no saben lo que hacen (...). Era ya cerca de la hora sexta
cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta las tres
de la tarde. Jesús, dando un fuerte grito, dijo: Padre, en tus manos
encomiendo mi espíritu y, dicho esto, expiró.” “Como le vieron muerto, no
le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le traspasó el costado
con una lanza y al instante salió sangre y agua” (Lc 23, 33-34, 44-46; Jn 19,
33-35).
EXAMEN DE CONCIENCIA PARA HACER UNA BUENA CONFESIÓN, SEGÚN EL
DECÁLOGO
Oración preparatoria
Yo pecador, me confieso a Dios todopoderoso, a la bienaventurada siempre
Virgen María, al bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San
Juan Bautista, a los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos,
y a ti, padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra, obra y
omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.
Por tanto ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al
bienaventurado San Miguel Arcángel, al bienaventurado San Juan Bautista, a
los santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, a todos los Santos, y a ti, padre,
que ruegues por mí a Dios, nuestro Señor.
Amarás a Dios sobre todas las cosas. (1er. Mand.)
¿He negado o dudado deliberadamente alguna verdad de fe? ¿He hablado
o leído algún libro contra la religión?
¿He abandonado los medios necesarios para la salvación (oración,
sacramentos...)? ¿Busco y me esfuerzo para alcanzar la debida formación
religiosa?
7. ¿He hablado sin reverencia de las cosas santas, de la Iglesia, de sus
ministros?
¿He abandonado el trato con Dios en la oración, en los Sacramentos, o lo
hago con desgana?
¿He recibido indignamente (en pecado grave) la Comunión Eucarística?
¿He creído en la superstición, horóscopo, sueños, falsas apariciones, etc.,
que atentan contra la fe en el único Dios verdadero?
No tomarás el nombre de Dios en vano. (2do. Mand.)
¿He dicho blasfemias o palabras injuriosas contra Dios, los santos o las cosas
santas y sus ministros, dejándome llevar sólo de la opinión pública?
¿He jurado con mentiras y he sido testigo falso levantando el nombre de
Dios? ¿He jurado o planificado hacer algo malo contra alguien? ¿He
reparado el daño que haya podido causar con mi mentira, calumnia o
difamación?
¿No he cumplido algún voto o promesa que hice a Dios?
Santificarás las fiestas. (3er. Mand.)
¿He faltado culpablemente a la Misa los domingos o días de precepto?
¿Respeto las normas de los actos de culto en la Santa Misa y demás
sacramentos y sacramentales, sin cambiar, quitar o añadir algo por mi
capricho?
¿He trabajado o he hecho trabajar sin necesidad los domingos?
Quien a ustedes rechaza a mí me rechaza: ¿Creo todo lo que enseña la
Iglesia católica? ¿Defiendo sus mandatos, que son mandatos de Cristo?
¿He observado la abstinencia los viernes de cuaresma? ¿He ayunado el
miércoles de Ceniza y el Viernes Santo?
¿Me confieso y comulgo con frecuencia para estar en gracia de Dios?
¿He callado en la confesión por vergüenza algún pecado grave? ¿He
comulgado después alguna vez?
Honrarás a tu padre y a tu madre. (4to. Mand.)
¿He respetado a mis padres o personas que ejercen una autoridad sobre
mí?
¿Me preocupo por los que me rodean: familiares, colegas, vecinos,
paisanos, etc.?
¿He dado mal ejemplo a mis hijos, no cumpliendo con mis deberes
religiosos, familiares o profesionales?
¿He corregido los defectos de mis hijos o se los he dejado pasar por
comodidad? ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de obra, o les
he deseado algún mal grave o leve?
¿Sacrifico mis gustos, caprichos, diversiones, etc., para dedicarme a mi
familia? ¿Evito los conflictos con los hijos quitando importancia a
pequeñeces que se superan con el tiempo y buen humor?
¿Soy amable con los extraños y me falta esa amabilidad en la vida de familia
y en el trabajo?
¿He reñido con mi esposo (a)? ¿Evito reprenderle, contradecirle o discutirle
delante de los hijos? ¿Le he desobedecido o injuriado?
¿He dejado demasiado tiempo solo a mi esposo (a), por cualquier motivo,
poniendo en peligro la fidelidad conyugal?
¿He desconfiado de la Providencia de Dios? ¿Me esfuerzo ganar lo
necesario para las necesidades de mi familia?
Pudiendo hacerlo, ¿he dejado de ayudar a mis parientes en sus necesidades
espirituales o materiales?
No matarás. (5to. Mand.)
¿He hecho daño de palabra o de obra a otros? ¿He deseado el mal a otros?
¿Tengo odio o rencor contra alguien, dejándome llevar solo de la opinión
pública o privada?
¿He escandalizado a otros incitándoles a pecar con mis conversaciones,
vestidos indecentes, mirando espectáculos o imágenes deshonestos, o
prestando libros, periódicos o revistas obscenas? ¿He reparado el
escándalo?
¿He llegado a herir o quitar la vida al prójimo? ¿He abortado? ¿He
aconsejado, participado o callado en caso de un aborto? ¿He sido
imprudente en la conducción de vehículos a motor, poniendo en peligro mi
vida y de otras personas? ¿Me he dejado llevar de la ira o soy rencoroso?
8. ¿He atentado contra mi vida? ¿Me he embriagado, comido en exceso más
de lo razonable? ¿He consumido y tomado estupefacientes?
¿Me he preocupado del bien del prójimo, avisándole antes, o corrigiéndole
sus defectos como pide la caridad cristiana?
No cometerás actos impuros. No consentirás pensamientos ni deseos
impuros. (6to. y 9no. Mand.)
¿Me he deleitado en pensamientos y deseos impuros? ¿He mirado, hablado
o leído cosas deshonestas?
¿He fornicado o adulterado o me he masturbado? ¿Había alguna
circunstancia que agrave dicha acción - parentesco, menor de edad,
violación, engaño, acto homosexual – lesbiana, secuestro, previa
embriaguez, o pérdida de conocimiento con estupefacientes para pecar
sexualmente?
¿He asistido a diversiones que me ponían en ocasión próxima a pecar? ¿Me
doy cuenta de que ponerme en esas ocasiones es ya pecado?
Antes de asistir a un espectáculo o de leer un libro o revista o periódico
¿pregunto su calificación moral para evitar la ocasión o el peligro de la
deformación de mi conciencia que pueden ocasionarme?
¿He usado indebidamente del matrimonio? ¿He negado su derecho a mi
cónyuge? ¿Hago uso del matrimonio solamente en aquellos días en que no
puede haber descendencia, sin tener motivos graves que justifiquen esta
manera de actuar?
¿He faltado a la fidelidad conyugal con pensamientos, miradas o adulterio?
¿Mantengo amistades que son ocasión habitual del pecado de infidelidad?
¿Estoy dispuesto a dejarlas por el bien de mi familia?
En el noviazgo, ¿me acerco con más frecuencia a los Sacramentos de
Penitencia y Comunión para tener más gracia de Dios? ¿Me están alejando
de Dios esas relaciones? ¿Le pido a Dios que me haga más puro y generoso
en el sacrificio?
¿Uso con responsabilidad el internet, la televisión, los celulares, o son
objetos que me apartan de Dios y deforman mi conciencia?
No robarás. No codiciarás los bienes ajenos. (7mo. y 10mo. Mand.)
¿He robado algún objeto o dinero? ¿He reparado el daño o restituido
pudiendo hacerlo?
¿He defraudado a mi cónyuge en los bienes?
¿Retribuyo con justicia el trabajo de los trabajadores? ¿Cumplo con
exactitud los deberes sociales: seguros, impuestos, auto avalúo, cuotas,
asambleas, faenas, etc.?
¿Presto mi apoyo a programas de acción social y políticas inmorales y
anticristianas?
¿He causado de algún modo daño a otros en sus bienes o he tenido envidia
de la prosperidad ajena?
¿He engañado cobrando más de lo debido o he dado cheques y monedas
falsificadas? ¿He reparado el daño causado?
¿Trabajo a conciencia, ganándome el sueldo que me corresponde, o he
cobrado sin trabajar las horas completas? ¿He dejado, por pereza mis
obligaciones, ocasionando graves daños en mi trabajo? ¿Trabajo pensando
que a Dios no se le deben ofrecer cosas mal hechas? ¿Facilito el trabajo de
los demás o lo entorpezco de algún modo, con rencillas, derrotismo,
interrupciones, envidias, chismes, chantajes sentimentales, coimas,
favoritismo, incompetencia, etc.? ¿He abusado de la confianza de mis
superiores - jefes?
¿Tolero abusos o injusticias cuando tengo obligación de impedirlos? ¿Me
dejo llevar de la acepción de personas o del favoritismo y coimas?
¿He gastado más de lo que me permite mi situación personal o familiar,
agravando injustamente el presupuesto familiar?
¿He ayudado a la Iglesia en sus necesidades? ¿Hago limosna según mi
posición económica? ¿Llevo con sentido de pobreza cristiana la carencia de
cosas necesarias o protesto interna o externamente con envidias?
No dirás falsos testimonios ni mentirás. (8vo. Mand.)
¿He dicho mentiras? ¿He reparado el daño que haya podido causar?
¿Miento habitualmente porque son cosas de poca importancia?
¿He buscado, sin causa justa, defectos graves de otras personas, aunque
sean ciertos, pero no conocidos? ¿He reparado el daño, hablando de modo
positivo de esa persona o resaltando sus buenas cualidades?
9. ¿He calumniado contra alguien, atribuyendo a “la gente dice” en algo que
no es verdad? ¿He reparado el daño o estoy dispuesto a hacerlo?
¿He hablado mal de los demás – personas o instituciones – con el único
fundamento de que “me contaron” o de que se “dice por ahí”, con el fin de
hacerle un daño?
¿Tengo en cuenta que las discrepancias políticas, profesionales o
ideológicas no deben ofuscarme hasta el extremo de juzgar o hablar mal
del prójimo, y que esas diferencias no me autorizan a descubrir sus defectos
morales, a menos que lo exija el bien común?
Acto de Contrición.
¡Señor mío, Jesucristo! Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor
mío; por ser quien eres, Bondad infinita, y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me pesa, porque puedes
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme bien y cumplir la penitencia que me
fuere impuesta. Amén.
VISIÓN DE SAN JUAN BOSCO
Un día, San Juan Bosco en una visión, observó que los demonios amarraban al
cuello de los que se iban a confesar unos lazos, para no dejarlos confesarse bien.
El santo preguntó en nombre de Dios qué significaban esos tres lazos y ellos
respondieron: el primer lazo se llama “CALLAR” para que tengan miedo y callen
y no digan sus pecados al confesor; el segundo lazo se llama “NO
ARREPENTIRSE” para que no tengan tristeza ni dolor de haber ofendido a Dios
y así queden mal confesados; pero el significado del tercer lazo no se los
decimos porque es un secreto. Entonces el santo amenazó con la señal de la
cruz y el agua bendita a los diablos si no contaban su secreto. Uno de ellos
temblando le respondió: el tercer lazo se llama “NO HACER PROPÓSITO” y es
para que la gente se confiese sin propósito de cambiar su vida, así seguirán
siendo malvados y pecadores como eran antes de confesarse. Y desaparecieron
todos los demonios entre llamas de azufre, bramando de rabia por haber
manifestado sus “SECRETOS”.
También existe el “DEMONIO MUDO” que tienta para callar los pecados que
causan avergüenza, y en consecuencia para que la confesión sea sacrílega y no
se perdonen los demás pecados confesados.
“Los sacerdotes han recibido un poder que Dios no dio ni siquiera a los ángeles.
Dios perdona en el cielo todo lo que el sacerdote perdona aquí en la tierra”.
“Cristo Resucitado, se les apareció …, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el
Espíritu Santo; a quienes perdonen los pecados en la tierra, les quedan
perdonados también en el cielo; a quienes no les perdonen los pecados en la
tierra, tampoco les quedan perdonados en el cielo.” (Cfr. Jn 20, 21-23)
¡ATENCIÓN! Sólo se pueden confesar los solteros, viudos o casados por la
iglesia, inclusive las madres solteras o los separados que viven solos; no se
pueden confesar ni comulgar los convivientes, los divorciados que viven con
otra pareja, ni los que estén casados solo por lo civil, hasta que regularicen su
situación ante Dios.