El formateo físico de un disco duro consiste en organizar su superficie en pistas y sectores mediante la polarización de áreas del disco para prepararlo para recibir datos e indicar sectores defectuosos. Establece el sistema de archivos que el sistema operativo usará para organizar y acceder a los datos asignando el tamaño del clúster, la unidad mínima de almacenamiento. Borra toda la información anterior, establece un sistema para grabar datos indicando su ubicación, y verifica posibles errores.