Este estudio examinó las diferencias en el funcionamiento familiar y la agresividad entre un grupo de 34 menores infractoras y un grupo de 34 menores no infractoras. Los resultados mostraron que el grupo de infractoras tenía una percepción más negativa de la relación de sus padres y menos cohesión familiar. También se encontró que las familias de las infractoras tenían más violencia y conflictos entre los padres. El estudio recomienda evaluar las variables usando técnicas proyectivas y enfocarse en programas preventivos que mejoren las relaciones familiares