La evolución de la calculadora comenzó con diseños mecánicos en el siglo XVII, incluida la máquina de sumar de Leonardo da Vinci. En 1642, Blaise Pascal inventó la Pascalina, la primera calculadora que funcionaba con ruedas y engranajes para realizar sumas. Más tarde, Gottfried Leibniz mejoró el diseño para permitir multiplicaciones y divisiones. Estos diseños mecánicos evolucionaron hasta las primeras calculadoras analógicas en el siglo XIX.