El niño nació de forma normal a los 9 meses de gestación, aunque la madre sufrió crisis nerviosas durante el embarazo debido a la muerte de su madre y conflictos familiares. A los dos años, los padres notaron que el niño no establecía contacto visual, no jugaba con otros niños, su lenguaje era pobre y lloraba sin razón. Ya en la escuela, las maestras informaron que no podía integrarse en actividades, no se comunicaba oralmente, agredía y tiraba objetos, lloraba y gritaba sin razón