El documento habla sobre Carlos Larreátegui Nardi, el rector de la Universidad de Las Américas (UDLA) en Quito, Ecuador. Larreátegui ha sido rector desde 2007 y se enorgullece de liderar una universidad de prestigio internacional. Bajo su liderazgo, la UDLA se sometió a un proceso de acreditación internacional por la agencia estadounidense WASC, cuyos resultados se conocerán en tres años. Larreátegui cree firmemente en la libertad académica y en extinguir cualquier influencia
Participacion de El Salvador en el I Encuentro Francia América Central
Acreditación en la Educación Superior -
Consejo Centroamericano de Acreditación - Dr. Francisco Lara
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1. saúl hernández
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Estudiar para conseguir dinero ya no tiene plusvalía ni
reconocimiento. El éxito puede resultar un azar o algo que se
construye lejos de una nota. La calificación de un profesional
en el Ecuador pasa —después de lo reglamentario— por
sueños y destrezas fuera de las aulas.
La buena racha también es tema de académicos. La de
Carlos Larreátegui Nardi está vigente desde 1998,
cuando se inició en el viejo mundo del dictado y la pizarra. Su
mayor esfuerzo para la academia se dio en 1994 al fundarse la
Universidad de Las Américas (udla) en Quito. Desde 2007,
por medio del nombramiento del Consejo Superior de la
Universidad, ocupa el cargo de rector con mucho entusiasmo:
“Estar al frente de una universidad de prestigio internacional
es muy emocionante; es un reto fascinante y una inmensa
responsabilidad, más cuando la institución representa el
futuro profesional de muchísimos jóvenes”. Esta versión le
representa más orgullo que ganancias. Larreátegui no oculta
su edad, pero es un cincuentón adaptado a los cambios
contemporáneos.
Con celo instaura en la formación académica la libertad y
trata de extinguir cualquier relación con el poder. “La
vinculación y el control de los poderes limita, mutila y castra
la universidad”, dice. Al caballero tímido y de sonrisa
escondida no le dan miedo los grandes retos. La institución
que preside es la única en el país que ingresó a un proceso de
acreditación internacional supervisado por la agencia
estadounidense Western Association of Schools and Colleges
(wasc), cuyo veredicto final se sabrá en tres años. Si no lo
consigue, Carlos Larreátegui buscará que el sello de calidad
se mantenga en su eslogan de vida: “El mundo necesita gente
que ame lo que hace”.
— por josé maría canoro
La conquista de
Las Américas