El documento describe la crisis del transporte público en la ciudad de Cumaná, Venezuela. Señala que aunque se introdujeron nuevos autobuses chinos hace cuatro años, la situación del transporte ha empeorado desde entonces con menos unidades disponibles y condiciones indignas. También critica la pasividad de las autoridades y la sociedad civil en resolver este problema fundamental, y cuestiona si los residentes de Cumaná se han resignado a la inacción en lugar de organizarse para exigir soluciones.