El documento discute si es necesario ser católico para salvarse. Explica que sólo Jesucristo es el salvador del mundo y que la Iglesia católica es la señal visible de su acción salvadora. Aunque fuera de la Iglesia hay elementos de salvación, la plenitud de salvación sólo se encuentra dentro de la Iglesia a través de la fe, la esperanza y la comunión con el Papa y los obispos. Sin embargo, aquellos que no pertenecen explícitamente a la Iglesia pero que son tocados por la salvación