2. Llamamos romanización al proceso de asimilación de la
cultura y de la forma de vida de los romanos por parte de
los pueblos conquistados. Este proceso tuvo gran
incidencia cultural, política y social en España. Es decir,
el legado romano en la marcó un antes y un después en la
historia de la Península Ibérica.
3. Es indudable el valor que ha tenido la conquista romana.
Una de sus principales aportaciones fue la lengua, el
Latín; lengua culta que fue impuesta inicialmente en la
ciudades y más tarde en los territorios restantes donde, al
mezclarse con lenguas autóctonas, dio lugar a lo que
conocemos como lenguas romance entre las cuales se
encuentra el castellano.
4. También nos han dejado constancia de su modo de vida,
de ahí que hoy en día se siga utilizando como base el
derecho romano. Por otra parte, en las antiguas ciudades
romanas de la península son muchos los restos
arquitectónicos que se han encontrado.
5. Unos de los más significativos y claros ejemplos es el
Acueducto de Segovia:
Probablemente construido entre la segunda mitad del s. I
y principios del s. II, durante el reinado de los
emperadores Vespaciano o Nerva.
6. La función de los acueductos es transportar agua a las
ciudades. Fue uno de los mayores logros de la antigüedad
y muchas ciudades siguen utilizando hoy en día este
sistema. Los ingenieros de este impresionante acueducto
no pretendían figurar en los libros de Historia del arte,
sino que buscaban realizar una obra eficaz debido a la
dificultad que había para abastecer de agua la ciudad de
Segovia.
7. Este acueducto mide en su parte más alta 28 metros (con
cerca de 6 metros de cimientos) y posee dos órdenes de
arcos que se sostienen con pilares. En total los arcos son
162.
El acueducto ha sido restaurado en varias ocasiones, la
primera de ellas fue en tiempos de los Reyes Católicos.
8. Hay que destacar, como curiosidad, que obras como esta
fueron de tal importancia que, incluso siglos después se
han construido similares con la misma función. Un
ejemplo es el de el Acueducto del Águila, situado en la
localidad de Maro (Málaga). Fue construido en el s. XIX
para el abastecimiento de agua a la azucarera de San
Joaquín.