1. Los orígenes de Córdoba se remontan a la Edad del Cobre, cuando
se configura el emplazamiento de la Corduba prerromana en la co-
lina ocupada por el actual Parque Cruz Conde. Con la fundación de
la ciudad romana en la primera mitad del s. II a.C. asistimos a
una fase de convivencia de dos núcleos de población hasta el
abandono de la antigua ciudad indígena a finales del s. II a.C.
2. El elemento mejor conocido de la ciudad fundacional romana lo
constituyen las poderosas romanas que la ceñían. Desde un primer
momento, la que pronto será capital de Hispania Ulterior, una de
las dos provincias en las que Roma dividió sus posesiones en la
Península Ibérica, contó con un trazado urbano articulado por un
kardo maximus de trazado norte-sur, y un doble decumanus maxi-
mus, de trazado este-oeste. El foro se situaba en el cuadrante no-
roccidental de la ciudad.
3. Durante las guerras civiles entre cesarianos y pompeyanos que marcaron el final de la República Romana, los habitantes de Corduba se ali-
nearon en el bando senatorial de Pompeyo, lo que supuso la destrucción de la ciudad por las tropas de César en el año 45 a.C. Pese al duro
castigo infringido por los vencedores, la ciudad fue refundada inmediatamente con el nuevo nombre de Colonia Patricia, recibiendo el favor del
propio emperador Augusto, bajo cuyo gobierno y el de sus sucesores de la dinastía julio-Claudia alcanzo un gran desarrollo urbano que estuvo
marcado por la ampliación de la ciudad hasta el río, la construcción de un puente de piedra, la reconstrucción y ampliación de varios conjuntos
forenses (“Forum Coloniae”, “Forum Novum” y “Forum Provinciae”), un imponente sistema de abastecimiento de agua y de evacuación de re-
siduos, y grandes edificios de espectáculos (teatro, circo y anfiteatro).