La contaminación del aire ha estado presente desde culturas antiguas, como se evidencia en el hollín encontrado en techos de cuevas prehistóricas. La producción de metales en civilizaciones griega, romana y china aumentó la contaminación, según muestras de glaciares. La revolución industrial causó mayores niveles de contaminación del aire y agua en Inglaterra, mientras que eventos como la Gran Niebla de Londres en 1952 llevaron a la creación de leyes para combatir la contaminación.