El hombre primitivo utilizó inicialmente los dedos y piedrecillas para contar. Más tarde, utilizó marcas y señales en objetos para llevar registros. Hace aproximadamente 5,000 años, se inventó el ábaco en el Lejano Oriente, el cual permitió realizar cálculos de forma mecánica de manera más eficiente. El ábaco sigue siendo una herramienta útil para realizar sumas y restas.