Los Juegos Olímpicos comenzaron en el año 776 a.C. en la antigua Grecia como competencias religiosas en honor al dios Zeus en el sitio sagrado de Olimpia. Los Juegos antiguos eran muy diferentes a los modernos pero mantenían el espíritu olímpico. Los atletas victoriosos recibían premios como ramas de palma y coronas de olivo.