La autora se mira en el espejo y se da cuenta que ya no es la misma mujer soñadora y segura de antes. Ha dejado de lado sus sueños y su cuidado personal para dedicarse a los demás. Decide que a partir de ese día será su prioridad y renuncia a su trabajo para empezar a ir al gimnasio y cuidarse a sí misma. Aunque al principio le cuesta, logra cambiar su estilo de vida y recuperar la mujer que era. Concluye diciendo que es importante valorarse a uno mismo para que los demás también lo hagan.