El documento habla sobre la unidad de Dios y la necesidad de seguir las leyes divinas de amor y fraternidad para lograr la evolución y progreso de la humanidad. También discute que la religión verdadera debe ser universal y unificar a la humanidad a través del amor fraterno, como el único camino hacia una paz duradera.
2. Dios es Uno,
aun cuando se le adore bajo diferentes Nombres
en las distintas Religiones.
3. Dios es el Creador de todo el Universo
y el Universo todo está regido por Sus Leyes.
4. Dios es Verdad, es Vida
– es Amor, es Justicia -.
Por lo tanto, nada que contradiga la Vida,
el Amor o la Justicia puede ser Verdad.
5. La religión Universal
asienta su doctrina
sobre las bases
del Amor y el conocimiento.
Debemos
conocer las
Leyes Divinas
y estudiar
Su acción
en nosotros
y en todo
los que nos
rodea.
6. El conocimiento y
estudio de las Leyes
Divinas y una vida
humana realizada
dentro de esas Leyes
permitirán
la unión, la armonía y
el progreso de la
Humanidad.
Mientras vivamos contrariando las Leyes Divinas,
la Humanidad estará en constante peligro de destruirse a sí misma.
7. La Ley fundamental del Amor Universal debe ser comprendida y
aplicada.
Dios es Padre de todo y de todos por igual
y de esa Paternidad Divina
surge la Fraternidad Universal como Ley y como
Necesidad.
La Fraternidad entre los humanos es Ley y Necesidad.
8. Sin Amor no hay Progreso y sin Progreso no hay Evolución.
La Evolución es Ley y para Evolucionar es necesario seguir el Camino
señalado por la Divinidad: el Camino del Amor.
9. El Amor debe enaltecer la Conciencia
y el Conocimiento debe capacitar a los humanos
para el discernimiento,
a fin de que cada uno pueda libremente elegir
su propio camino para acercarse a Dios.
10. Entendemos por Religión el Camino que todo ser inteligente siente,
íntimamente, que necesita seguir para tomar contacto con su Creador.
La única finalidad de la religión debe ser acercarnos a Dios,
sin pretender mandatos ni beneficios de ninguna índole.
11. Una verdadera religión
debe ser Universal.
Unifiquemos
a la Humanidad,
respondiendo al
Mandato Divino
de Amor Fraterno,
como único camino
para lograr una Paz
que no se vea atacada
por los antagonismos
y las ambiciones
de personas, grupos o
naciones.