La enfermería juega un papel clave en los cuidados paliativos al ofrecer una atención holística al paciente que abarca no solo sus necesidades físicas sino también emocionales y espirituales. La enfermería se centra en mejorar la calidad de vida del paciente y su familia durante el proceso del final de la vida a través del control del dolor y otros síntomas, así como el apoyo psicosocial.