El documento discute cómo Internet está modificando el cerebro y la forma de pensar de las personas. La investigación muestra que Internet hace que los jóvenes sean más hábiles para realizar múltiples tareas al mismo tiempo, pero también reduce su capacidad de concentración y de leer textos largos. Además, Internet fomenta un estilo de pensamiento más exploratorio y superficial en lugar de reflexivo y autónomo, debilitando así la capacidad del pensamiento profundo.