2. Introduccion
Recientemente se ha lanzado el documental “El dilema de las redes sociales” (“The Social Dilema”, disponible en Netflix) y está
generando bastante ruido alrededor de los problemas que genera el uso de las redes sociales hoy en día.
Es verdad que el reportaje en si no está hecho con el mayor rigor, y esto te hace sospechar que haya algún interés detrás. De
cualquier manera, creo que es una buenísima excusa para hablar de un tema que a todos nos concierne y nos preocupa desde
hace tiempo.
Desde que internet está en nuestro día a día, pero más concretamente desde que existen las plataformas sociales (incluyo redes
sociales y toda plataforma con claro enfoque social como Youtube, o comunidades históricas como Reddit, e incluso hablaría de
todo aquello que desde el móvil nos roba la atención como el correo electrónico), hemos empezado a ver una serie de problemas
que nos han afectado directa o indirectamente.
Desde el inicial miedo a perdernos algo (FOMO: Fear Of Missing Out), que nos lleva a consultar nuestros teléfonos cada poco
tiempo para consultar los nuevos contenidos, hasta las más recientes sospechas de que algunas votaciones han tratado de
amañarse a través de las redes sociales, o movimientos de bots que han atacado a este o aquel partido.
Tras ver el reportaje, la conclusión principal que he sacado es que el peligro es real y no se trata de destruir las plataformas
sociales, sino de reenfocarlas y educar en su buen uso.
El gran problema que le veo a esto, es que mucha gente no cree que haya un problema real, y que detrás de estas plataformas
hay negocios millonarios que difícilmente van a cambiar su rumbo si no tienen un incentivo económico importante.
Dicho esto vayamos con mi análisis del documental. Os adelanto que no es fácil digerirlo. Voy a tratar de partirlo en preguntas y
temas, para ayudaros a entender mejor todo lo que comentan.
3. Desarrollo
Partimos de la base, de que biológicamente estamos programados para conectar
socialmente. Somos seres sociales que tendemos a vivir en comunidad y todo
contacto positivo genera dopamina en nuestro cuerpo y esto nos hace sentir bien.
Por este principio básico las redes sociales son potencialmente adictivas.
Consciente o inconscientemente, buscamos la recompensa constante. A todos nos
gusta sentirnos bien, sentir que los demás nos aceptan.
Por otro lado, está la necesidad de las propias redes sociales de que permanezcamos
el máximo tiempo posible navegando por sus contenidos. Cuanto más tiempo
pasemos, más publicidad veremos y clicaremos, y más dinero ganará la plataforma. Y
esto les lleva a disfrazar ganchos para que te quedes, de funcionalidades útiles, de
cosas que aparentemente son para que tengas una mejor experiencia, pero que lo que
en realidad buscan es que te quedes más tiempo para aumentar sus ingresos.
4. Problemas de Autoestima
Llevamos tiempo viendo y hablando de la lucha de muchos por aumentar el
número de seguidores en sus perfiles sociales y por aumentar el número de ‘me
gusta’ en sus publicaciones.
Recordemos que cada nueva conexión, cada nuevo ‘me gusta’ es una pequeña
inyección de dopamina que nos reconforta. Por lo tanto queremos más.
En la mayor parte de los casos esta búsqueda no deja de ser algo anecdótico, pero
especialmente en la gente más joven, puede suponer un grave problema. Si subo una
foto y tengo reacciones positivas, perfecto. Pero, ¿y si no obtengo ‘me gusta’? ¿y si me
dejan comentarios negativos? ¿cómo afecta esto a nuestra autoestima? ¿cómo puede
afectar a la gente más joven?