Sorolla nació en una familia humilde en España y se quedó huérfano a los 2 años. Aunque sus tíos querían que aprendiera su oficio de cerrajero, a Sorolla le encantaba pintar. Estudió los estilos de otros pintores como Velázquez e impresionistas y se especializó en pintar cuadros del mar Mediterráneo llenos de luz y movimiento.