El documento describe niños pobres jugando a ser mendigos en una calle oscura. A pesar de su pobreza, los niños fingen ser príncipes con sus pocas posesiones como zapatos y comida. Una niña canta una canción sobre ser la viuda de un conde, imaginando una vida mejor. El autor anima a los niños a seguir soñando a pesar de que la realidad de la pobreza los asustará cuando crezcan.