1. “LA ASOMBROSA GUERRA DE MICHAEL KOHLHASS” O LA QUIEBRA DE LA JUSTICIA.
Para reflexionar:
“La creencia, de acuerdo con la economía neoclásica, de que el comercio internacional sin
limitaciones permitirá que los países pobres se acerquen a los ricos va contra la experiencia
histórica y contra el sentido común. Una economía mundial que se desarrolla gracias a la
generación de crecientes desigualdades está acumulando inevitablemente problemas para el
futuro”.
Eric Hobbsbawm / “Historia del Siglo XX”.
Heinrich von Kleist
Nacido en Fráncfort del Oder en 1777, Kleist era hijo de un oficial. En 1804, Kleist debutó
como dramaturgo con el estreno en Graz (Austria) de 'La familia Schroffenstein', drama
con el que se inicia una producción dramática y narrativa abundante.
La obra y la vida de Heinrich von Kleist sigue siendo para muchos un enigma 200 años
después de su muerte. Von Kleist sigue siendo sin lugar a dudas una de las figuras más
contradictorias y complejas de la literatura alemana. Su figura ha sido reclamada por
diversas corrientes estéticas y ha intentado, a lo largo de los años, ser instrumentalizada
por las más variadas ideologías políticas.
Su narración 'Michael Kohlhaas', una de sus obras más famosas, cuenta la historia de
un hombre al que 'el sentimiento de la justicia hizo asesino y bandolero'. Esa obra, para
muchos, es la más representativa del autor. Ha hecho que algunos relacionen a Kleist
con la banda terrorista 'Fracción del Ejército Rojo' (RAF) y, por extensión, con el
terrorismo de izquierdas en general.
En todo caso, la obra de Kleist y las percepciones que se puedan tener son
contradictorias y no se agotan en el terreno político sino que parece haber algo más
esencial. Thomas Mann, por ejemplo, parecían sentir una mezcla de atracción y
repugnancia por la obra de Kleist. Quizás se deba a la radicalidad de sus narraciones y
sus dramas, en donde suele haber descripciones y representaciones de excesiva
violencia que resultan difíciles de digerir.
Kleist se suicidó el 21 de noviembre de 1811, junto con su amiga Henriette Vogel, al lado
de un lago entre Berlín y Potsdam. El escritor tenía 34 años, sus obras de teatro no
tenían el éxito esperado y sus esfuerzos por conseguir un empleo como director
dramático habían fracasado.
2. Mientras que en vida le fue negado el reconocimiento, después de su muerte ha habido
olas de admiración por Kleist que han ido cambiando la percepción de su obra. A
comienzos del siglo XX, los expresionistas lo reclamaban como su 'hermano mayor'.
Mientras que en 1911, en el primer centenario de la muerte, había quien definía a Kleist
como culminación del clasicismo, cincuenta años después otros lo definían como
precursor de la vanguardia y ahora su teatro es relacionado con el de Samuel Becket.
“LA ASOMBROSA GUERRA DE MICHAEL KOHLHASS”
Ahora, con un poco más de tiempo, aprovechando las fiestas navideñas, he releído la
pequeña novela de Heinrich von kleist, “La Asombrosa Guerra de Michael Kohlhass”.
Nacido el 18 de octubre de 1877 en Frankfort y suicidado el 21 de noviembre de 1911 en
Potsdam. Escribió una novela del siglo XIX que describe con aplicada narrativa, la vida,
la tradición y las costumbres del país de los Lânders en el siglo XVI. Como en toda
obra LITERARIA nos encontramos ante una ficción, pero debemos pisar con pie
firme, pues nos movemos en terreno movedizo, un camino sembrado de trampas en
el que habrá que leer entre líneas para no perdernos en subterfugios sin
importancia: las novelas no se escriben para contar historias sino para transformar la
vida.
Heinrich von kleist, cuenta la historia de un hombre al que un terrateniente, Junker
von Tronka, le decomisa, de manera arbitraria, una recua de caballos que era su más
preciado tesoro. Michael Kohlhass, procura por todos los medio con cumplir con las
exigencias y obligaciones que se le imponen para recuperar, cumpliendo la ley, sus
equinos. Pero no lo consigue. Las bestias han desaparecido. El sentido de justicia se
quiebra. El episodio desata en Kohlhaas, hasta ese día un ciudadano ejemplar, un
sentido de retaliación, justiciero, que lo transforma en forajido. Buscando la
reparación por el daño sufrido, destruye pueblos, asesina civiles y siembra el terror
por las riveras del rio Havel. Cuentan que llamaron hasta a Martin Lutero para que
interviniera e intercediera para apaciguar a Kohlhaas. El Reformador Lutero le envió
una misiva en la que le consignaba lo siguiente: “”Kohlhaas, tú que pretendes haber
sido enviado para empuñar la espada de la justicia ¿de qué te precias, osado, al
valerte de la locura de la ciega pasión si desde la coronilla hasta el calcañar
representas el colmo de la injusticia”. Pero solo consiguió un armisticio, la guerra
continuó por muchos años.
Es el sentimiento de injusticia, el poder del agravio cometido por quienes tienen la
obligación de cumplir y hacer cumplir la ley lo que resulta intolerable y violento,
tanto más si el violentado, atacado por el estado, resulta ser un ciudadano común y
corriente cumplidor de su deber. La desmesurada actitud del estado como de la
3. respuesta provocada impide cerrar las heridas con un hombre que, de una u otra
forma, refleja una realidad cotidiana de injusticias ancladas al pasado y, otras, al
presente en que vivimos, flor apenas entre abierta. Kohlhaas, muere como un
criminal sin indulgencias, o sí, el Príncipe de Sajonia le reconoció los bienes perdidos,
sus derechos y su honra. Pero lo condeno a muerte por haber “quebrantado la paz
territorial”. Reparado el agravio, no solo se hizo justicia con él sino con aquellos
quienes le habían infringido el daño. Y para que no se repitiera la historia, el Príncipe
se comprometió a educar como caballeros y hombres de bien a los hijos del
condenado. Así termina la historia. De ella dijo su autor, Heinrich von Kleist: “El
mundo habría tenido que honrar su memoria, a no ser porque el hombre dio en
exagerar el cultivo de una virtud: fue el sentido de la justicia, la razón que lo
convirtió en forajido y asesino…”
Esta novela nos invita a la reflexión frente al sentido de la justicia y el alcance de la
injusticia, cuando se ejercen la una como virtud y la otra como defecto de la
autoridad en la aplicación del imperio de la ley. Desde aquí, invito a los lectores, a
leer esta obra aleccionadora en estos tiempos de guerras injustas, de crímenes
nefandos sin sanción, de injusticia y de incumplimientos en el ejercicio y aplicación
de la justicia o en el engaño reiterado de políticos marrulleros en el ejercicio de la
democracia. Por último, para cerrar esta reseña, no debemos olvidar que el pilar
fundamental de la democracia es la justicia en todos sus órdenes.
PARA REFLEXIONAR
Entre la espada y la pared…
“Los mejores engaños son aquellos que parecen proporcionar a la otra persona una
oportunidad: las victimas sienten que controlan la situación; pero, de hecho, son
marionetas. Tenemos que ofrecer a los demás opciones que actúen a nuestro favor
sin importar lo que elijan. Hay que forzarlos a tomar decisiones entre el menor de
dos males, sirviendo cualquiera de ellas para nuestros propósitos. Hay que ponerles
entre la espada y la pared: se la van a clavar vayan donde vayan”.
ANONIMO
Carlos Herrera Rozo.