Un pequeño copihue, la flor nacional de Chile, que vivía en el bosque soñaba con aventurarse más allá pero tenía miedo. Un día, un fuerte viento lo llevó lejos del bosque sobre colinas y montañas donde conoció nuevos animales. Al anochecer una lechuza lo ayudó ofreciendo comida y refugio, enseñándole a no temer explorar lo desconocido.