2. Estados Unidos está viviendo una de las mayores transformaciones que ha experimentado el mercado editorial en décadas, tal vez siglos. La imprenta está quedando poco a poco obsoleta. Hasta la fecha, los libros habían quedado al margen de la profunda metamorfosis que han vivido los sectores de la música y el vídeo desde el auge de Internet. La biblioteca pública se une al libro electrónico
3. Ahora, sin embargo, una nueva generación de lectores electrónicos -más delgados, más portátiles, más cómodos de leer- ha revolucionado el mercado. Amazon, líder con su Kindle 3, ha incluido recientemente en sus servicios el préstamo de libros. Otros aparatos, como los que usan el software para tabletas de Apple y Google, han optado por aliarse con las bibliotecas públicas. Son viejos servicios, prestados a través de nuevos medios. La biblioteca pública se une al libro electrónico
4. Las empresas están probando nuevas iniciativas que le eviten al sector editorial una sangría como la que vive el mundo de la música. Amazon ha probado con el préstamo: el propietario de un libro puede cederle a alguien el documento, en el formato azw, propio del Kindle, durante un máximo de 14 días. La biblioteca pública se une al libro electrónico
5. El libro desaparece del aparato del prestamista y aparece en el del prestatario de forma temporal, para luego regresar a su alojamiento original. El resto de plataformas permiten el préstamo, además, por parte de bibliotecas públicas. La empresa norteamericana OverDrive ha diseñado un programa que deja a esas instituciones pagar una licencia y prestar los títulos como si fueran libros físicos. La biblioteca pública se une al libro electrónico
6. Ese sistema de préstamos, implantado en diversas ciudades norteamericanas, es compatible con el iPad de Apple, la plataforma Android de Google y los lectores de Barnes & Noble, Sony y Kobo. La biblioteca pública se une al libro electrónico
7. La directora de la Biblioteca de Guadalajara, Blanca Calvo, se sorprende del préstamo del aparato. "¿Acaso prestábamos gafas para leer, por qué sí lectores electrónicos?". El ministerio ha destinado a este programa 130.000 euros, que se van principalmente en comprar los aparatos, ya que los títulos, como dice la nota, son de dominio público. O sea, de Machado hacia aquí, poco. La biblioteca pública se une al libro electrónico