Un científico aplicó una vacuna experimental a los prisioneros de una cárcel en el medio del mar, con la intención de convertirlos en armas de guerra. La vacuna los transformó en zombis agresivos. Solo uno de los prisioneros, Cristian, se salvó de la infección. Para sobrevivir, Cristian tuvo que luchar contra los prisioneros zombificados y su líder, que tenía habilidades sobrehumanas. Finalmente, pudo detonar una bomba poderosa para acabar con la amenaza zombie.