1. LA CASA DE JUAN Y SU MADRE SOLTERA.
otras palabras
en mi época de estudiante, tuve la suerte de conocer a cesar león un lector ávido que sigue
manteniendo la costumbre de no cambiar de escritor hasta haber devorado el último de sus textos,
a no ser que le haya sido imposible hacerse con alguien ejemplar. con el tiempo, nuestra relación
se a hecho vital, entre otras cosas, por las extensas conversaciones que siempre hemos disfrutado
y de las cuales me he sentido el mas beneficiado. Una de las aficiones que aprendí de el fue la
lectura improvisada sobre piedra,
Cientos de parejas aguardan su turno. Da gusto verlas porque no son comunes. Es evidente que se
aman. Y no porque vayan de la mano o se miren con ternura, sino porque sería absurdo estar de
pie tantas horas si no portasen las pruebas que lo acreditan. El letrero, donde inicia la fila, anuncia:
“Pagamos 20 gramos de oro por mariposa”.
Se sabe que el método es indoloro y que cada estómago enamorado alberga entre 10 y 15
especímenes. Además, el intervenido puede generar nuevas mariposas al cabo de una semana. Sin
embargo, existe un inconveniente. Con frecuencia, sólo uno de la pareja las porta, demostrándose
que no es correspondido. El drama es inevitable.
Los detractores del doctor Lorca, inventor del Lepidopmac (aparato para cazarlas), lo tildan de
“anti-romántico”. Unos, por ponerle precio a los sentimientos más nobles. Otros, por llevar al
abismo a tantas parejas correctamente constituidas. Ni los oye. No hay tiempo. Su amada aguarda
la sentencia. Cuando el número de mariposas iguale al de personas, Lorca las soltará. Confía en
que nadie querrá sostener un fusil.
Rafael despertó creyendo que, en ese instante, se había quedado dormido. Como en otras
ocasiones, le entusiasmó la idea de ser consciente de que estaba soñando y sintió como si fuese
un personaje de ficción de carne y hueso. Oyó el leve tic tac del reloj de mesa. Parecía haber
abierto los ojos en un sábado de festejos, pero se concentró para convertirlo en domingo. Antes
de preparar el café, fue al quiosco para comprar el periódico. Todas las noticias hablaban de un
mundo en el que él no deseaba vivir. Supo que estaba despierto.
Motivado por esa experiencia, Rafael publicó La Pastilla Rosa; un “libro” de cuentos editado en
formato periódico con el propósito de que el lector, al menos en un primer momento, leyese las
historias cual si fueran sucesos de actualidad, introduciéndose así en un mundo ficticio, pegado a
lo utópico, con la certeza de seguir respirando en esta realidad. Para evitarle distracciones, firmó
2. con seudónimos las noticias, los artículos de opinión, los anuncios, cómics y todos los elementos
que conformaron ese nuevo medio informativo... de una sola publicación: el número 777.
En una entrevista realizada en septiembre de 2012, Rafael hizo un reiterado hincapié en la
importancia del formato, empleando distintas combinaciones de palabras para decir lo mismo:
“Cuando uno lee un periódico, por más que la subjetividad rebose de las páginas, el suceso se
asume como verídico. El pensar sobre lo que se está leyendo deja de ser un filosofar sobre
supuestos y salta a un reflexionar sobre hechos concretos que afectan nuestro entorno, sea
colectivo o individual”.
En esta insistencia sobre tal afirmación se basan los analistas para argumentar que la frase de Julio
Verne (“Todo lo que un hombre pueda imaginar, otros podrán hacerlo realidad”), que empleó en
el acertijo de la página 21, revela su verdadero anhelo. La prioridad de Rafael no fue crear una
obra literaria peculiar, sino dar con el medio para sembrar futuras noticias. Estoy de acuerdo con
ellos. En un correo electrónico que me envió hace nueve años, a inicios de 2010, cuando La Pastilla
Rosa sólo era una idea con textos desordenados, me habló sobre su motivación de fondo, detrás
de las letras, delante de sus ganas: “al contrastar la información o al llegar a la sección literaria del
periódico, donde se desvela que lo que se tiene en las manos es un libro de cuentos, el Lector que
busco habrá saboreado ya una realidad más amplia. También es probable que, desde un primer
momento, dude sobre la fiabilidad de las noticias, pero el dudar es suficiente para que él respire
dentro de las historias durante un rato, lo suficiente, espero, para sembrarle un quizá si yo”.
Por eso me complació darle mis ahorros a Rafael para que publicase el “periódico” y dispusiera de
un uniforme corporativo, con el que repartió 13 mil ejemplares por las calles de Madrid, voceando
las noticias como se hacía en esos días en que la visión del futuro estaba mucho menos
contaminada.
El cómo de lo que sucedió después ya lo conocemos todos. El Virus de la “muerte feliz” redujo la
población mundial al 5%, las religiones se liberaron de los intereses terrenales de sus instituciones,
la industria devastadora desapareció y también tuvieron efecto el resto de noticias que la gente
continuó leyendo en el PDF del periódico-libro La Pastilla Rosa. El que te invito a abrir para que
revivas el inicio de esta historia…
FIN…