La Confirmación es uno de los tres sacramentos de iniciación cristiana que fortalece y completa el Bautismo y une más íntimamente a los creyentes con la Iglesia. En la Confirmación, los candidatos renuncian al mal, profesan su fe y reciben el don del Espíritu Santo a través de la imposición de manos y la unción con crisma por parte del obispo.