La vida es como una copa que nunca se llena por completo, sino que se recibe un sorbo a la vez. Para ser feliz, no hay que quejarse del pasado ni temer el futuro, sino luchar por crear la felicidad a pesar de las dificultades. La felicidad no proviene de bienes materiales sino de actuar bien y aceptar lo que se tiene. Compartir con los demás, amar sin condiciones y perdonar sin rencores son ingredientes de la felicidad. Ser optimista y servir a los demás también conducen a la felicidad