La construcción de la línea tres del tren ligero en Guadalajara requirió el cierre de la avenida Fray Antonio Alcalde. Esto causó desvíos en las rutas del transporte público, embotellamientos de tráfico a cualquier hora del día, y dificultad de acceso para estudiantes y trabajadores. Además, trajo como consecuencia la baja de ventas y cierre de negocios, así como problemas de inseguridad en la zona.