La economía sumergida incluye actividades económicas ilegales e informales que no se declaran a las autoridades fiscales. Está aumentando en países como España, Grecia, Italia, Portugal y Chipre debido a altos impuestos y doble contabilidad. Para reducirla, las administraciones deben compartir datos, mejorar la eficiencia de los procedimientos, establecer objetivos claros de reducción y aprovechar mejor las capacidades del personal de hacienda.