El documento describe la hipocresía del Partido Popular español al criticar los esfuerzos del gobierno para lograr un final dialogado del terrorismo de ETA, a pesar de que el propio gobierno de Aznar autorizó contactos con ETA y acercó a presos de ETA a cárceles vascas durante la tregua declarada por ETA en 1998, menos de un año después del asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA.