La publicidad en televisión ha evolucionado desde sus orígenes en España en 1956, cuando los anuncios usaban un tono imperativo o paternalista, hasta la actualidad donde los espectadores frecuentemente cambian al internet durante los cortes publicitarios. Aunque la televisión sigue siendo importante, el futuro de la publicidad televisiva es incierto dado que los nativos digitales prefieren otros medios.