El documento discute la naturaleza del castigo eterno. Sugiere que el castigo eterno no contradice los atributos de Dios como el amor y la misericordia. Luego describe cómo la Biblia representa la bondad de Dios hacia personas como Pedro y Pablo. Finalmente, examina la naturaleza del castigo en el infierno, concluyendo que los impíos que no se arrepienten sufrirán la separación de Dios y el tormento por toda la eternidad.