La industria de la cascarilla en la época colonial en Loja involucraba la recolección de cascarilla de los cerros locales, su secado al sol, acopio en valles donde vivían los terratenientes, y transporte en caballos y carretas hacia Paita, Perú para su exportación. Sin embargo, no se tomaron medidas para preservar la industria a largo plazo, y sus beneficios se limitaron a los monopolios comerciales en lugar de los trabajadores.