Este documento discute las perspectivas bíblicas sobre las finanzas. Según la Biblia, Dios es el dueño de todo y los seres humanos son solo administradores. La Biblia también enseña que debemos confiar en Dios para nuestras necesidades en lugar de en las riquezas. El documento luego analiza errores comunes en la administración de finanzas como deudas, malgastar dinero, pereza y falta de presupuesto.