El abuelo le cuenta a su nieto la historia de sus manos arrugadas y cómo a lo largo de su vida han sido las herramientas que le han permitido alcanzar y agarrar la vida. Sus manos le han servido para alimentarse, vestirse, orar, criar a sus hijos y enterrar a sus padres. Ahora sus manos lo ayudan a levantarse y sentarse, y seguir orando. Sus manos marcan donde ha estado y la rudeza de su vida, pero lo más importante es que Dios tomará sus manos cuando lo lleve a su pre