Este documento describe las características de las niñas. Señala que vienen en diferentes colores y son tan valiosas como las joyas más finas. Para crearlas, el cielo utiliza partes de diferentes criaturas de la naturaleza como los cantos de los ruiseñores. Las niñas pueden ser cariñosas o necias, les encantan los juguetes y dulces pero no les gustan los perros grandes. Aunque a veces desordenan y desesperan, su inocencia y amor pueden convertir a los padres en reyes.
1. Las niñas vienen en cinco colores: negro, blanco, rojo, amarillo y café . Y usted siempre recibe una niña de su color favorito,
nueve meses después de su pedido para adquirirlas. No existe la ley del precio; hay un millón de niñas pequeñas pero cada una
es tan valiosa como la joya más fina y cara. Para crearla, el Cielo utiliza parte de la matería prima de muchas de las criaturas de
la naturaleza: Del ruiseñor los cantos, de la mulita la terquedad, del changuito las monerías, los brincos del chapulín, la
curiosidad del gato, añadiendo a todo esto la mente incomprensible y misteriosa de la mujer.
Ella puede ser la más cariñosa del mundo, también la más necia; se le encuentra brincando, cantando, haciendo toda clase de
ruidos que a usted le enojan; cuando la reprende se queda quietecita, humilde y con un brillo celestial en su miraada; ella es la
inocencia jugando en la tierra, la belleza echando maromas, también la más dulce expresión del amor, cuando arrulla y durme a
sus muñecas.
Una niña nace con un brillo angelical, del que siempre queda suficiente luz para robarnos el corazón, aunque se siente en el
lodo, llore a todo volumen, haga una rabieta, o camine por la banqueta, presumiendo con los zapatos y la
ropa de mamá.
Le encantan los zapatos nuevOS, las muñecas, los helados, lo vestidos domingueros, lo moños para adornar el pelo, el kinder, lo
pajaritos, la niña del vecino, jugar a la casita, a la tiendita, el baile, los libros para iluminar, el polvo, y el perfume.
No le gustan los perros grandes ni los niños, ni que le peinen. Es la más ruidosa cuando usted piensa en sus problemas, la más
bonita cuando le ha hecho desesperar, la más ocupada a hora de dormir, la más seria e intratable cuando quiere lucirla a las
visitas y la más coqueta cuando usted ha resuelto que definitivamente no volverá a permitir que la niña se salga con la suya.
Nadie le da mayor difusgusto o alegría, el más legítimo
orgullo, y es una mezcla de Ratón Miguelito y Caperucita
Roja .
Puede desarreglarle los papeles de trabajo, el pelo, la cartera,
hacerle perder tiempo y dinero, y cuando esto sucede aparece
la aureola angelical de la niña borrando por encanto el mal
rato que le ha hecho pasar.
A vece le desesperan sus gritos y alborotos, pero cuando
siente que el mundo se le viene encima, ella solita lo convierte
a usted en REY, se sienta en sus rodillas, lo abraza
tiernamente, y le dice muy quedito:
“PAPITO, TE QUIERO MUCHO”.
(Anónimo)