El documento describe tres variedades de la lengua: variedades geográficas (diatópicas) que dependen de la zona de origen del hablante, variedades sociales (diastráticas) que dependen del grado de educación o cultura del hablante, y variedades funcionales (diafásicas) que dependen de la situación comunicativa. También explica los registros lingüísticos formales e informales, señalando que el registro formal se caracteriza por el uso adecuado del lenguaje mientras que el informal suele darse en conversaciones familiares