Un grupo de estudiantes debatió cuáles deberían ser consideradas las Siete Maravillas del Mundo moderno. Mientras la mayoría eligió obras arquitectónicas y de ingeniería, una estudiante tímida propuso que las verdaderas maravillas son las capacidades humanas de tocar, saborear, ver, escuchar, sentir, reír y amar, las cuales a menudo damos por sentado.