El documento describe a Lawrence Alma-Tadema, un pintor holandés del siglo XIX. Se especializó en escenas de la antigua Grecia y Roma, mostrando arquitecturas clásicas y figuras femeninas idealizadas. Logró gran éxito y reconocimiento durante su vida, pero cayó en el olvido después de su muerte. Fue redescubierto en la década de 1970 y plenamente reconocido.