La niña observa el mar desde una embarcación rumbo a la tierra de sus antepasados, descrita por su abuelo como fértil y con fuentes. Sin embargo, el viaje se complica con mal tiempo y la embarcación se hunde, aunque la niña y sus padres logran salvarse. Al despertar, son recogidos por guardacostas y se da cuenta de que la tierra prometida no era como la había imaginado, sino llena de cemento.