El documento analiza las encuestas de opinión que muestran una creciente desaprobación de la gestión del presidente Peña Nieto después de 15 meses en el cargo. Las encuestas a empresarios, el público en general y expertos encuentran que la mayoría califica negativamente el desempeño económico y de seguridad del gobierno, y ven con escepticismo las reformas implementadas. Aunque la recaptura de "El Chapo" Guzmán dio un pequeño impulso a la aprobación presidencial, la percepción general de in
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PEÑA NIETO:
GESTIÓN REPROBADA
Imagen presidencial en declive… Transcurridos quince meses del gobierno de Enrique Peña
Nieto no solo son poco acreditados sus esfuerzos por mover a México sino que el juicio
mayoritario hacia su administración adquiere tintes cada vez más adversos.
Pasó de largo en la dinámica informativa, pero algo muy parecido a una sonora rechifla
queda registrado en Perspectivas de la Alta Dirección en México 2014, estudio
demoscópico realizado por KPMG en México, firma especializada en servicios de auditoría,
asesoría financiera y fiscal. Entre los resultados más relevantes de la encuesta levantada
entre 676 figuras del mundo empresarial mexicano —48% directores generales, 16%
presidentes de empresas, 13% gerentes, 8% miembros de consejo de administración, 6%
vicepresidentes, 4% subdirectores, 5% “otros”— se encuentran los siguientes:
Una nueva “recesión”, es decir, un periodo continuado de nulo crecimiento, podría
presentarse en 2014, según 4 de cada 10 entrevistados. De manera contrastante, 68%
anticipa un aumento anual de al menos un dígito para sus empresas. En
retrospectiva, solo 8% considera que el primer año de gobierno federal fue
“positivo” para sus empresas, mientras que 57% afirma que fue “negativo”.
La actuación del gobierno federal en el 2013 fue calificada como “buena” por 9%,
cifra diametralmente opuesta a la del último año de gestión de Felipe Calderón, ya
que entonces 49% dijo “buena” y 12% “excelente”.
La Ley de Ingresos de la Federación 2014 resultó “buena” para 9% de los
encuestados, 38% afirmó que era “regular” y 53% se decantó por “mala” o “muy
mala”. En el mismo tenor, se apunta que la reforma fiscal no cumplió las
expectativas de 97%, en tanto que la reforma financiera decepcionó a 81%.
Después de un año de aplicación de la reforma laboral, 88% respondió que “no ha
beneficiado la competitividad en México”. En términos amplios, 8% estimó que el
gobierno está realizando un buen papel como promotor de la competitividad; 38%
consideró que realiza un papel “regular”, 37% que “malo” y 17% “muy malo”.
Censura que contrasta con la opinión recogida en el sexto año de Calderón, cuando
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solo 15% consideró un mal desempeño en este rubro y apenas 2% lo calificó
de “muy malo”. Para finalizar, 87% estimó que la Ley de Ingresos de la Federación
2014 no impulsará la competitividad y el crecimiento de su empresa.1
Los datos son duros, verdaderamente duros, para el presidente Enrique Peña Nieto. Y no
solo por la percepción negativa del primer año —a final de cuentas, el del “arranque”—
sino porque se anticipa un segundo año complejo. ¿Podría tratarse de la visión sesgada
de un sector de la élite molesta por las reformas? Probablemente sí. Aunque los resultados
no son muy diferentes en los sondeos de opinión entre franjas más amplias de la
ciudadanía.
Del seguimiento mensual hecho por la empresa Buendía & Laredo cabe destacar, al
menos, dos aspectos: por un lado, que la aprobación presidencial llegó a 42% en febrero del
2014, el punto más bajo del sexenio; por el otro, que las reformas fueron reprobadas en
forma masiva. En febrero del 2013 solo 7% de los encuestados aseguró que las celebradas
modificaciones legales o constitucionales eran “lo peor que ha hecho hasta ahora Enrique
Peña Nieto”. Un año después, la cifra salta a 40%, muy lejos del 8% asignado a
“precios/inflación” y del 6% a “seguridad”.2
SONDEOS A LA VISTA
El trabajo trimestral de Consulta Mitofsky confirmó el desgaste presidencial. La aprobación
hacia Peña Nieto tuvo su tercera disminución trimestral consecutiva, indicando 47.6% “de
acuerdo” y 50.8% en “desacuerdo”. De hecho, esta fue la primera vez en que el porcentaje
de desaprobación superó al de aprobación. Sin embargo, según muestra el mismo estudio,
esa situación no es atípica: tres de los últimos cuatro presidentes aparecieron por debajo del
50% en la medición del quinto trimestre de sus gobiernos. En términos más concretos, solo
Felipe Calderón obtiene un resultado positivo (61% de aprobación en febrero del 2008),
mientras Ernesto Zedillo logra la evaluación más baja (30.8% en febrero de 1995).
En otro orden de ideas, la situación económica del país se mantuvo tan “mala” como
hace un año (febrero del 2013) para el 74% de los entrevistados, al tiempo que bajó 2
puntos porcentuales (de 24% a 22%) el grupo que la consideró “buena”. En la comparación
anual es todavía más visible el deterioro respecto a la “inseguridad”, puesto que se
1. KPGM en México, Perspectivas de la Alta Dirección en México 2014, México, 2014,
<http://www.kpmg.com/mx/es/perspectivas2014/paginas/default.aspx>.
2. Buendía & Laredo, Poll of Polls-Aprobación Enrique Peña Nieto, marzo, 2014, <http://www.buendiay
laredo.com/publicaciones/267/Aprobaci_n_2014.pdf>.
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incrementó en 2 puntos el universo de quienes estiman que hoy la situación es “peor”
(75%) y bajó 3 puntos el de quienes piensan que es “mejor” (21%).3
Con el propósito de medir el efecto Chapo —líder del Cártel de Sinaloa recapturado por
la Marina el 22 de febrero— la misma empresa realizó un nuevo sondeo una semana
después (marzo de 2014), donde se registra un incremento de casi 3% en la evaluación del
presidente Peña: 50.3% de los encuestados dijo aprobar su forma de gobernar. Asimismo,
por primera vez en tres trimestres la desaprobación bajó a 48%. Cabe advertir que la
detención de la maestra Elba Esther Gordillo (febrero del 2013) tuvo un efecto de 7 puntos
positivos en la calificación presidencial. No menos relevante es que se incrementó el
número de quienes consideran que la seguridad es “buena”: 27%, 6 puntos más que en
febrero. Pero el salto mayor tras la captura del capo sinaloense se registra en la percepción
sobre el grado de control de “las riendas” del país por parte del presidente Peña Nieto:
de 36% a 45.8%.4
En el rubro de la seguridad, empero, la perspectiva sigue siendo delicada. La más
reciente Encuesta Nacional sobre Percepción de Inseguridad Ciudadana en México (marzo
del 2014), realizada por Consulta Mitofsky y México Unido contra la Delincuencia, ofrece
datos relevantes en más de un sentido, pues revisa la evolución de los delitos que más
impactan a la sociedad (robo, lesiones dolosas, homicidio doloso, secuestro y extorsión) del
último año del sexenio pasado al primero de la actual administración, además de verificar
su tendencia en los primeros meses del 2014:
Percepción del delito. Casi 1 de cada 4 entrevistados, el 23.9%, afirmó que fue
víctima de un delito en los últimos 3 meses, mientras que en enero del 2013 la cifra
era de 23.2%. Asimismo, el estudio registra que después de dos años de una
tendencia a la baja en cuanto al “temor” a ser víctimas de robo a mano armada o
secuestro, en marzo del 2014 se registran incrementos de 8 y 6 puntos en esos
rubros, ubicándose en 63% y 61%, respectivamente.
Bono por la captura del Chapo. En este ejercicio se registró también el impacto por
la captura del narco: a) el porcentaje de quienes creen “correcto” utilizar al Ejército
para combatir al crimen organizado pasó de 75.2 a 83.2%; b) el porcentaje de
quienes asumen que hay una nueva política para combatir el crimen organizado
3. Consulta Mitofsky, “México: Evaluación de gobierno. Enrique Peña Nieto. Quinto trimestre”, febrero,
2014, <http://consulta.mx/web/images/evgobierno/2014/20140217_EvaGob.pdf>.
4. Consulta Mitofsky, “México: Evaluación de gobierno. Enrique Peña Nieto (Efecto de la captura del
‘Chapo’ Guzmán)”, marzo, 2014, <http://consulta.mx/web/images/evgobierno/2014/20140304_Eva
Gob_efectoCHAPO.pdf>.
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creció de 37% a 50.8%; de esta última cifra, 75% señaló que la actual estrategia es
“mejor” a la que se utilizó en el sexenio anterior, y c) el porcentaje de quienes
perciben que el gobierno federal “va ganando” la “guerra” contra el crimen organizado
avanzó de 17% a 30%.
No obstante la captura del capo más buscado del mundo, la percepción de inseguridad en
México sigue siendo mala: “La detención del Chapo Guzmán —apunta Roy Campos—
genera un sentimiento positivo sobre el gobierno que le hace tener repuntes en algunas
variables, pero los resultados están lejos de considerarse buenos debido al creciente miedo
que provocan los delitos.”5
Así lo indican, por lo menos, las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional
de Seguridad Pública que recoge el mismo estudio de México Unido contra la
Delincuencia. A pesar de que nunca, como en 2013, se denunciaron tantos delitos de “alto
impacto” —856 184, que representan el 51.8% del total de los delitos, frente al 50.1% en
2012—, lo relevante está en otro lado: entre el 2012 y 2013 el secuestro y la extorsión
registran incrementos de 34% y 33%.
Por lo que hace al primero, se muestra su crecimiento paulatino hasta llegar a una cifra
récord de 1 695 secuestros denunciados ante el Ministerio Público en el 2013. Es de notar
que Guerrero, Tamaulipas y Michoacán fueron las entidades federativas más castigadas,
pues registran alzas de 176%, 72% y 45%. En cuanto a la extorsión, su comportamiento en
el 2013 implica un registro de 8 042 denuncias en todo el país; es decir, 10% más que el
año anterior. Las entidades que concentraron el mayor registro de conductas criminales de
esa naturaleza en el 2013 fueron el estado de México (1 555 denuncias) y el Distrito
Federal (900). Sin embargo, habría que resaltar que mientras la cifra crece un 30% en
territorio mexiquense, en la capital se reduce un 13%. En términos de tasa por cada 100 mil
habitantes, los estados que tuvieron una mayor prevalencia durante el 2013 fueron Morelos
y Baja California Sur, con tasas de 20 y 16 extorsiones por cada 100 mil habitantes.6
ENTRE PROMESAS Y RESULTADOS
Los datos son contundentes: México todavía no se siente seguro ni en movimiento. La
administración de Peña Nieto es censurada en prácticamente todos los estudios
5. Roy Campos, “Inseguridad, la percepción”, El Economista, 17 de marzo, 2014, <http://eleconomista.
com.mx/columnas/columna-especial-politica/2014/03/17/inseguridad-percepcion>
6. México Unido contra la Delincuencia-Consulta Mitofsky, Décima Tercer Encuesta Nacional sobre
Percepción de Inseguridad Ciudadana en México, marzo, 2014, <http://www.mucd.org. mx/XIII-
Encuesta-Nacional-sobre-Percepci%C3%B3n-de-Inseguridad-en-M%C3%A9xico-n2205.html>.
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demoscópicos, pese a que coyunturalmente la captura de Guzmán Loera le significó un
importante tanque de oxígeno.
El otrora candidato telegénico, siempre bien presentado en las pantallas, es un gobernante
que ha logrado sacar adelante su agenda reformista —algo que no pudieron sus antecesores
panistas—, pero ya no logra conectar con las mayorías ciudadanas. Esa aparente paradoja
puede entenderse a la luz de los siguientes aspectos:
Las malas cuentas. El primer año del sexenio fue realmente malo en materia
de crecimiento económico, creación de empleos y seguridad pública. Ni llegó el
mexican moment ni tuvimos el gobierno eficaz prometido en campaña. Luego de
cuatro ajustes en las previsiones, el Producto Interno Bruto apenas se expandió
1.1%, el menor crecimiento desde el 2009 (cuando la economía mexicana resultó
severamente golpeada por la crisis financiera mundial que estalló en Estados
Unidos).
Respecto al combate a la inseguridad y el crimen se hizo notorio un viraje en la
política de comunicación: la “guerra” contra el narco no continúo azuzándose desde
las esferas gubernamentales; pero, como vimos, hubo incrementos peligrosos
en delitos graves, particularmente el secuestro y la extorsión. No menos relevante
es que prosiguieron los signos de descomposición en Michoacán, Guerrero,
Morelos, Jalisco, Estado de México y otras entidades.
Reformas impopulares e inconclusas. La saga reformista —el gran logro del sexenio
hasta ahora— generó poco entusiasmo, cuando no franca animadversión en amplios
sectores de la sociedad. Los cambios fiscales, en particular, causan escozor no solo
entre el empresariado sino en toda la ciudadanía. Según el sondeo de Consulta
Mitofsky, la identificación de los “impuestos” como principal problema del país
pasa del lugar 11 al 5, lo que se traduce en el mayor porcentaje de menciones que ha
obtenido el rubro en la serie de encuestas levantadas entre el 2001 y 2014.7
Además, muchos de los aspectos negativos de las reformas —alza de impuestos,
presiones inflacionarias, incertidumbre en los mercados— se sintieron de inmediato;
mientras que los cacareados efectos positivos —inversión, empleo, baja en las
tarifas de los energéticos, competencia económica, educación de calidad— siguen
siendo promesas que, si todo sale bien, se materializaran en el mediano y el largo
plazo.
7. Consulta Mitofsky, “México: Evaluación de gobierno. Enrique Peña Nieto. Quinto trimestre”, op. cit.
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Por si fuera poco, la hazaña reformista se encuentra a medias. Significativamente,
las modificaciones en telecomunicaciones, competencia económica y energía aún
carecen del andamiaje secundario para su puesta en marcha; otras, como la política
en su vertiente electoral, no solo carecen de aterrizarse legal sino que estimulan
serias dudas sobre su consistencia.
Resistencias al cambio. Los actores contrarios a las reformas no son pocos
ni menores: amplios sectores del empresariado, contribuyentes cautivos, franjas de
la izquierda partidista y social, disidencia magisterial…
Como era de esperarse, los cambios político-legales generan incertidumbres
y resistencias significativas. La idea se encuentra condensada en uno de los
multicitados párrafos de El Príncipe: “… no hay nada más difícil de emprender, ni
más dudoso de hacer triunfar, ni más peligroso de manejar, que el introducir nuevas
leyes. Se explica: el innovador se transforma en enemigo de todos los que
se benefician con las leyes antiguas, y no se granjea sino la amistad tibia de los
que se beneficiarán con las nuevas”.8
En todo caso, un gobierno que se proponía mover a México debió no solo calcular
las taras sino desplegar los instrumentos y estrategias necesarias para superarlas.
Intercambios censurables. Existe una idea negativa de la negociación política entre
anchas franjas de la ciudadanía, que la entiende como un intercambio ilegítimo de
prendas y favores entre las partes… Efectivo, pero el Pacto por México estimuló
esa noción. Porque muchas de las reformas no fueron fruto de discusiones abiertas
sino, sobre todo, de negociaciones cerradas y apresuradas entre el gobierno federal
y las cúpulas de los partidos.
Mala comunicación gubernamental. La estrategia de comunicación social de la
Presidencia no ha dado muestras de eficacia. Los spots, quizá, tengan una
producción impecable pero son claramente insuficientes para convencer sobre
las “bondades” de las reformas. La eficacia del gobierno se redujo a la negociación
cupular, pero muy pocas veces se estimuló un intercambio de argumentos en la
plaza pública. Más aún, el presidente Peña Nieto nunca se fajó públicamente en las
8. Nicolás Maquiavelo, El Príncipe, “Capítulo VI. De los principados nuevos que se adquieren con las
armas propias y el talento personal”, Escuela de Filosofía Universidad Arcis, edición electrónica, s. f.,
<http://www.philosophia.cl/biblioteca/Maquiavelo/El%20pr%EDncipe.pdf>.
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negociaciones reformistas, más allá de ideas-cohete, frases hechas y discursos
cuidados.
Perspectivas económicas medianas. El arranque de 2014 no ha sido bueno para
la economía. Según Enrique Quintana, columnista y director de El Financiero, se
han conjugado dos tendencias: a) la inercia del mal desempeño del último trimestre
del año, cuando hubo un crecimiento de apenas 0.7%, y b) el efecto de la reforma
fiscal, que hace palidecer el ejercicio del gasto público: “El alza de impuestos fue
generalizada mientras que los recursos que se introdujeron a la economía vía el
mayor gasto, han impactado a sectores específicos. Aún hay que esperar tiempo para
que tengan un efecto de mayor propagación al conjunto de la economía”. Ambos
factores son temporales y se revertirán, concluye el analista, pero los efectos
positivos no llegarán sino hasta el segundo semestre del año.9
Por ahora, harto visible es la diferencia entre analistas privados y la Secretaría de
Hacienda respecto al crecimiento del PIB en el 2014: los primeros apuestan a una
cifra que ronda el 3%, mientras que oficialmente se sostiene una meta de 3.9%. En
cualquier caso, se reconoce que el primer trimestre de este año caminará lento.
ÚLTIMAS PALABRAS
Enrique Peña Nieto no ha cumplido las expectativas generadas por el priismo. No es ni ha
sido el político arrollador que imaginaron sus apoyadores desde sus tiempos de
gobernador. Durante la contienda por la Presidencia, por ejemplo, se presumía que el efecto
Peña llevaría al tricolor a los cuernos de la luna. Pero, contrario al clima de opinión
cultivado por correligionarios, medios y encuestadoras, el mexiquense obtuvo poco más del
38% del total de los votos, 6.6% más que su principal competidor (Andrés Manuel López
Obrador), mientras que el priismo obtuvo casi el 32% de la votación para diputados,
porcentaje que se tradujo en el 41% de los escaños. Peña Nieto ganó la elección con
solvencia pero sin arrasar, al tiempo que el priismo se colocó como primera minoría en
ambas cámaras del Congreso. Victoria irrefutable, suficiente en términos democráticos,
pero nada más.
Hoy, luego de quince meses de gestión, la evaluación del trabajo presidencial considera
menos las promesas que los resultados. En buena hora, la actuación de su gobierno no
parece regida por la popularidad y las encuestas de opinión. Sin embargo, el apoyo
decreciente entre amplias franjas de la población es un severo llamado de atención, un
9 Enrique Quintana, Coordenadas, “Más vale tener paciencia”, El Financiero, 21 de marzo, 2014, p. 2.