La leyenda de Narciso cuenta el origen griego de un joven tan bello como egoísta llamado Narciso. Rechazó los sentimientos de la ninfa Eco, por lo que fue castigado por la diosa Afrodita a enamorarse de su propia imagen reflejada en el agua. Al intentar abrazar su reflejo, cayó en la fuente y se ahogó, convirtiéndose en la flor que lleva su nombre y representa la belleza sin sentimientos.