Un rey quería probar a sus tres hijas, Ana, Teresa y Helena, para ver cuál merecía heredar el trono. Ana y Teresa no estuvieron listas a tiempo y no prestaron atención a los detalles cuando salieron con el rey. Helena estuvo preparada antes que el rey despertara, y cuando salió sola, le cuestionó sabiamente por qué no había conquistado más territorio si era tan buen rey. El rey nombró a Helena su heredera por su prudencia.