Schelling intentó definir filosóficamente el concepto de lo siniestro como aquello que debió haber permanecido oculto pero se ha revelado. Freud considera lo siniestro como aquello que causa espanto precisamente porque no es conocido o familiar. Se experimenta lo siniestro cuando algo temido y deseado se hace realidad de forma repentina, o cuando lo real adquiere características de lo fantástico.