Un grupo de perros estaba jugando fútbol cuando el balón cayó en el jardín de los leones. Los perros le pidieron el balón al señor león pero se negó. El perro dueño del balón le pidió ayuda al lobo más viejo y respetado, y gracias a su intervención los leones devolvieron el balón. La moraleja es no jugar en lugares prohibidos.