Los planetas giran alrededor del Sol y no tienen luz propia, sino que reflejan la luz solar. Los cuatro planetas más internos, Mercurio, Venus, Tierra y Marte, son llamados terrestres porque tienen superficies rocosas compactas como la Tierra. Los planetas externos, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son gigantescos comparados con la Tierra y tienen naturaleza gaseosa como Júpiter, aunque algunos tienen centros sólidos.