El tenis de mesa surgió en Inglaterra en la década de 1870 como una variación del tenis jugada dentro de clubes cuando las condiciones climáticas no permitían jugar al aire libre. Se jugaba sobre mesas divididas por libros o cuerdas y con pelotas de corcho o goma. En 1884 se comercializaron los primeros juegos de tenis de mesa y en 1890 se patentó una mesa con vallas, aunque no tuvo éxito comercial. James Gibb popularizó el juego en los años 1920 con pelotas de celuloide sobre una